El primer obispo emérito de Puebla, Rosendo Huesca Pacheco, aseguró que el hoy santo Juan Pablo II manifestó en la entidad poblana su preocupación por los pobres, quiso conocer los precios de los productos básicos, así como cuánto ganaba un obrero a finales de la década de los setenta.

A cinco años de convertirse en arzobispo emérito, recordó que a él le correspondió recibir al papa Juan Pablo II, dándole el encuentro en la zona de Rio Frio, donde se subió a un automóvil para platicar con él.

Recordó lo sucedido al recibir al máximo jerarca de la Iglesia católica. “Súbete al coche, vamos a practicar español”, fueron las palabras que le dijo el papa Juan Pablo II al arzobispo Rosendo Huesca Pacheco al darle el recibimiento aquel 29 de enero de 1979, durante su visita a Puebla.

Luego de que saludar también al gobernador del estado, Alfredo Toxqui Fernández de Lara, el jerarca consideraba que sería su “examen profesional ante al mundo”.

Huesca Pacheco quiso recordar lo sucedido aquel día en que habría de inaugurarse la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, pues él, junto con el gobernador Alfredo Toxqui, era el encargado de darle el recibimiento donde comienza el estado.

Relató que, de acuerdo con el protocolo, el saludo se haría desde la ventanilla del automóvil en que viajaba y sería hasta San Rafael Tlanalapa cuando se subiría al vehículo descubierto, mejor conocido como “papamóvil”, sin embargo, Juan Pablo II bajó de la unidad y fue a saludarlos de mano, también estaban presentes otros sacerdotes y la esposa del gobernador, Sara Basave. Minutos después le dio la indicación: “Súbete al coche, vamos a practicar español”; por momentos se pensó que sería una plática sobre cuántas iglesias había en la Arquidiócesis, el número de sacerdotes, o bien, la situación de las sectas, pero las preguntas fueron muy diferentes: ¿Cuánto gana un obrero? ¿Cuánto cuesta el litro de leche? ¿Cuánto cuesta un kilo de carne? ¿De cuánto es el salario mínimo? ¿Dónde están los indígenas? Entre otras.

A la última pregunta se le respondió que todos los mexicanos tienen un poco de indígenas, pero había grupos que conservaban usos y costumbres, sin embargo, la preocupación fue: “¿Tienen sus tierras?”. Huesca Pacheco reveló que después de la primer conversación Juan Pablo II se quedó dormido, despertando cinco o siete minutos después, por lo que se disculpó con quienes iban ahí, que eran el nuncio Jerónimo Prigione, su secretario particular, el chofer y él, sin embargo, le dijeron: “No, Santo Padre, es que los mexicanos, además del viaje de usted, somos muy ruidosos y anoche hubo gallo, esta mañana, ‘Las mañanitas’, no lo dejamos dormir”.

Tras lo anterior vino la respuesta: “No, no fueron los mexicanos, cantan muy bonito, es que esta tarde el papa tiene su examen profesional ante el mundo”. Esa tarde daría un discurso en la inauguración del CELAM, que marcó la ruta del pontificado, se especulaba mucho por dónde iría el jerarca.

Además, la prensa mundial estaba en Puebla, cadenas internacionales, en el Seminario Palafoxiano había 48 teles. Así él decía: “Va a tener el papa su examen profesional”. Había palabras de consuelo: “Su Santidad, lo queremos mucho, lo estamos esperando con gran anhelo, vamos a escucharlo con gusto, además tiene usted al Espíritu Santo”. De ahí surgió el buen humor de Karol Wojtyla, al responder: “El Espíritu Santo, pero a veces no lo escucho, y el papa se queda muy solo, muy solo”.

Juan Pablo se enfermó

Con una sonrisa, Huesca Pacheco confesó: “Luego que se nos enferma”. El motivo fue que se le hizo viajar en el “papamóvil” abierto con el sol de frente, y sufrió insolación, le subió el ritmo cardiaco, la cara la tenía lastimada, entonces decretó su equipo que descansara y no bajara a comer, lo que causó tristeza, pues era la primera vez, eran sólo obispos, ni siquiera sacerdotes. “Los ninguneamos a todos los demás”, eran cerca de 400 en todo el gran salón del Seminario.

La sorpresa llegó a media comida cuando apareció y dijo por el micrófono: “El papa aguanta y estuvo presente”. Por la noche al verlo cansado se pensó que sería mejor que viajara en un helicóptero Puma, pero el Estado Mayor no quiso correr el riesgo y optó por que fuera vía terrestre, todos pesaron que el lunes cancelaría actividades, pero no lo hizo, mostró una fuerza extraordinaria.
Huesca Pacheco dijo que el Santo Padre, fallecido en abril de 2005, se esperaba que fuera beatificado pronto, ya que fue un ejemplo para el mundo, y ahora se ya fue canonizado y será un ejemplo.

El apunte

Rosendo Huesca mencionó las palabras que dijera Juan Pablo II el 28 de enero de 1979 durante la inauguración de la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano, referente a la ciudad: “Puebla de los Ángeles, el nombre sonoro y expresivo de vuestra ciudad se encuentra hoy día en millones de labios a lo largo de América Latina y de todo el mundo. Vuestra ciudad se vuelva símbolo y señal para la Iglesia latinoamericana”.

Foto Agencia Xinhua