La pobreza en Puebla se encuentra en todos lados, desde un crucero vehicular, en las puertas de una iglesia, en entradas de vecindades, en el campo.
Pedro Juárez Hilario, desde hace 20 años pide limosna al son de su flauta a la entrada de la iglesia del Niño Cieguito a unas calles del zócalo de Puebla.
Su ceguera fue una herencia familiar, desde niño poco a poco su vista se fue opacando. Ahora a sus 65 años de edad no tiene otra opción que alegrar a los transeúntes con sus melodías a cambio de unas monedas.
Así, moneda a moneda, ha logrado subsistir, él no le llama pedir limosna, sino solo ser un músico urbano, interpretando melodías que incluso ha compuesto.
Desde cualquier barrio o junta auxiliar de la ciudad de Puebla, hasta comunidades tan alejadas como Eloxochitlan, se palpa la necesidad de miles de personas que como Don Pedro, buscan esa ansiada moneda a diario.
Este 17 de octubre se conmemoró el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, la cual se vive a diario por doquier en la entidad poblana.
Según las últimas estadísticas del Consejo nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en el estado el 64.5 por ciento de la población es pobre.
Al detallarse el número de personas en situación de pobreza, se comprueba que más de 80 mil entraron en esta situación económica en el estado en los últimos dos años.
La Puebla sin reflectores
En Puebla no es necesario ir hasta comunidades lejanas para encontrarse pobreza extrema, en la misma ciudad es fácil encontrar a personas que viven con apenas 50 pesos diarios.
Pedro Juárez Hilario, ahora vive de limosna ante la falta de oportunidades a personas con ceguera, a pesar de que tomó diversos talleres.
Sentado a un costado de las puertas del Niño Cieguito en la calle 16 de Septiembre esquina 9 Oriente, toca su flauta desde las 8 de la mañana, hasta más o menos la 3 tarde.
Cuando bien le va, logra obtener hasta 150 pesos en un día, pero cuando le va mal, no llega ni a los 50 pesos, aunque dice que “le va bastante bien” con mucho optimismo.
“Todo es con la base de oración, porque yo en vez de pedir, oró por los que me dan”.
-¿Recibe apoyo del gobierno?
-No, nada- dijo al señalar que no acude a solicitarlo porque tiene una pensión.
También apenas a tres calles del zócalo de la ciudad se encuentran Elena García Trejo y Lucía Eufemia de la Cruz, dos personas de la tercera edad que viven de la venta de dulces a la entrada de su vecindad en la 5 poniente 507.
Doña Elena, de 83 años de edad, gasta alrededor de 20 pesos diarios en comida, provenientes de la venta de los dulces.
“Cuando me va bien me llegó a vender hasta 100 pesos, pero la mayoría de los días vendo 10 pesos o nada, hay es como la vamos sorteando”.
Lleva 15 años vendiendo dulces y dos años postrada en una silla de ruedas, lo que ha evitado que pueda acudir a las oficinas de los gobiernos, para solicitar apoyo.
-¿Es beneficiaría de los programas para adultos mayores?
-No puedo ni ir, no hay quien me lleve, cómo voy
-¿No han venido autoridades a ofrecerle apoyos?
-No, hasta cree que se van a molestar por una vieja, aunque pasan por aquí en sus carrazos y me ven, pero en realidad no me ven.
Señaló que vive sola desde hace años, ante el abandono de sus hijos, en una pieza que le dio el dueño de la vecindad a cambio de “cuidar la casa”.
-¿Tiene hijos?
-Hay joven, ¿para qué?, es bonito tener hijos pero cuando llegamos a viejos nos olvidan, a esta edad hay otra realidad y ni modo.
Señaló que lleva varios días sin comer carne, ya que su dieta casi diaria son frijoles, nopales con tortillas o en buenos días, hasta pollo.
Mencionó que sufre diabetes, la cual casi no se cuida, debido al mismo problema de traslado, además de los costos de médicos.
Apenas a escasos dos metros en la misma entrada de la vecindad, está doña Lucía, de 70 años de edad quien también vive de la venta de dulces.
Al igual que su vecina, señaló que las ventas de los dulces oscila entre los 10 y 50 pesos en días buenos, los cuales utiliza para su comida diaria y el pago de una renta de 900 pesos mensuales.
“Tengo hijos, pero cada quien ve por su lado, de repente me ayudan con 100 pesos a lo mucho, porque también son pobres”, dijo.
Refirió que su dieta también es en su mayoría de frijoles con tortillas y en días excelentes llega a comer carne. “Bendito sea Dios si hago mis tres comidas al día, poquito pero comemos”
Azumiatla, otro mundo
Entre piedras y polvo en sus calles sin pavimentar, lo mismo juegan niños, caminan borregos, burros y comen gallinas. Hasta esa Junta Auxiliar de la capital poblana ni siquiera ha llegado la noticia de las megaobras morenovallistas.
Aquí aunque apenas a media hora de distancian de los grandes puentes, festejos del 5 de Mayo, remodelaciones y construcciones suntuosas de edificios gubernamentales o pavimentación con concreto hidráulico, la modernidad queda muy lejos, como en otro mundo.
Sebastián Escalona Cordero, campesino de más de 79 años de edad, afirmó que lleva cuatro años con este problema y ninguna autoridad ha hecho nada, a lo que ya están acostumbrados en Azumiatla: al olvido.
“Somos gente pobre, siempre lo hemos sido y seguiremos así, pero eso no importa, lo que queremos es que nos ayuden tantito a ya no enfermarnos, de verdad es una suciedad muy fea, hay gente que no le importa y avienta su cochinada a los canalitos y eso nos enferma”.
Caminando con sus burros y borregos para que pasten en la zona contaminada, indicó que la colonia Buenavista de la comunidad es la que avienta sus aguas negras, líquidos que finalmente llegan a un barranco.
“No hay problema cuando llueve, esto crece mucho, y se lleva todo, el problema es en tiempo de secas, ahí nos infectan a todos porque pasa junto a los pozos de las casas y los contamina”, explicó.
“Siempre hemos sido un pueblo abandonado, han venido y se han ido muchas autoridades y nosotros seguimos igual, ¿nomás porque nos ven pobres no valemos?”, dijo molesta Celsa Cobos Pérez, “aquí estamos abandonados mucho”.
-¿Siempre?
-Siempre, pasan autoridades y siempre lo mismo, nunca hacen nada, solo para su bolsillo, pero para el pueblo nunca ven nada.
Los afortunados, dos comidas al día
En San Miguel Eloxochitlán, los afortunados llegan a comer hasta dos veces al día, solo hay desayuno y cena, siempre acompañados de café.
En este municipio el gobernador del estado Rafael Moreno Valle Rosas, arrancó campaña hace cinco años.
En este tiempo, ha cambiado muy poco la situación, ya que se considera que 90 por ciento de los habitantes tiene un grado de marginación muy alto, según estadísticas de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
De los 12 mil habitantes, 10 mil pertenecen a la cultura indígena y menos de la mitad entiende español.
La mayoría de ellos se dedica a la siembra de maíz, café y chile, mismos que consumen entre ellos.
Hay sitios donde no pueden entrar vehículos y sus habitantes caminan descalzos, poco significado tiene el dinero, su prioridad es la alimentación, lo que logran mediante trueque e intercambio de servicios.
Los habitantes coincide al referir que los únicos que cobran un sueldo en este municipio es el personal que trabaja en el ayuntamiento, sin embargo, en las instalaciones sólo habitan los 15 policías que no permiten el acceso al inmueble.
El índice de hacinamiento es este municipio es de 6.3 personas en cada habitación, de acuerdo a datos de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
En Puebla existen alrededor de 350 mil niños indígenas en condiciones de pobreza extrema y marginación.
Los pobres de los pobres
De los 612 municipios que en el país están incluidos en la Cruzada Nacional contra el Hambre, 64 pertenecen a Puebla, lo que coloca a la entidad en la segunda con más localidades dentro de este esquema de pobreza.
Puebla sólo está detrás de Oaxaca que tiene 158 municipios con alta marginación, según el informe del CONEVAL.
En los resultados de la “Medición de la Pobreza 2014”, en el que se detalla que más de 80 mil personas en Puebla entraron a la pobreza tras la última medición de 2012.
En el estudio del 2010, se señaló que 3 millones 878 mil personas eran pobres y ahora en 2014, ya existen 3 millones 958 mil en esta situación.
En cuanto a la pobreza extrema si hubo una disminución según los parámetros de CONEVAL, luego de que en 2012 el 17.6 por ciento de la población estaba en esta condición y para el año pasado era el 16.2% de los poblanos.
Pero esta disminución fue una tendencia en toda la república mexicana, según explicó el mismo organismo.
Ingresos reales de los poblanos
De 6.1 millones de habitantes, 5 millones de ciudadanos en Puebla reciben ingresos inferiores a la línea de bienestar.
Es el segundo estado con mayor pobreza de ingresos en el país, así lo dio a conocer Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
El estudio fue hecho por el grupo conformado por especialistas del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), la Universidad Iberoamericana de México, México Evalúa y el Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
Como Don Pedro, en Puebla la gran mayoría obtiene ingresos por debajo de los 87 pesos al día, equivalentes a 2 mil 610 pesos al mes.
Es decir que el 82.4 por ciento de los poblanos no gana lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas.
Por lo tanto dichas organizaciones, solicitaron que el Presupuesto de Egresos de la Federación 2016 se enfoque en la erradicación de la pobreza.
Puebla tiene a algunos de los municipios más marginados en el país, como Zoquitlán en el número 51, Olintla en el sitio 88, a Eloxochitlán en el 101, a Huehuetla en el 103, a Coyomeapan en el 115, o a Vicente Guerrero en el 153 entre los 1 mil 430 municipios miserables de México.