Durante la procesión de Viernes Santo, el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, aseguró que para celebrar la Pascua, es fundamental, recordar con toda fe y devoción el camino de la cruz de Cristo, “seguimos al Señor, para que participando de su cruz, tengamos parte con él en su Resurrección y su vida”.

 

 

 

 

 

 

La procesión de Viernes Santo de la capital poblana, es considerada entre los actos más significativos de la ciudad capital, porque se calculó la participación de unos 150 mil asistentes.
El arzobispo poblano, dijo que la Semana Santa se traduce en un acto de humildad y de aprender a pedir perdón, para tener una mejor sociedad en los tiempos difíciles.
Esa tradición piadosa, fue rescata el 1992 y representa el caminar de Jesús, en la que, las imágenes más representativas de la iglesia católica y con mayor cantidad de devotos, recorren las calles del Centro Histórico de la capital poblana, con las que se escenifican los misterios de la redención.
La procesión de Viernes Santo, tiene como objetivo ser el encuentro de reflexión y renovación espiritual con el Señor y en su XXV edición, las imágenes más representativas para los poblanos simbolizan ese evento de fe, en que se contempla la pasión y muerte de Jesucristo.


Las 5 imágenes de la procesión de viernes santo

Las 5 imágenes que fueron acompañadas por más de 150 mil personas, este 25 de marzo, Viernes Santo, son, la virgen de La Soledad, El Señor de las Tres Caídas, la virgen de Los Dolores, Jesús de Nazareno y El Señor de las Maravillas.
Y aunque todas las imágenes son adoradas por los fieles católicos poblanos y visitantes, una vez más, fue El Señor de las Maravillas el que generó la mayor ovación de los asistentes a la procesión, caracterizada por la alegría y el ambiente festivo, a diferencia de otras procesiones solemnes y silenciosas.
Los poblanos y visitantes, elevaron porras, gritos de júbilo y alegría, pero también rezaron y pidieron a Jesucristo y la virgen María, para que les ayuden a resolver casos difíciles, a la salud de sus familiares y por la tranquilidad del Estado de Puebla.


El origen de las 5 imágenes


Las 5 imágenes católicas que procesaron este viernes, son las que mayor devoción tienen de parte de los poblanos y de los visitantes, que conocen los milagros que han realidad.
Son imágenes católicas, que se ubican en los templos y las iglesias más visitadas por los devotos, pero también representan obras de arte de gran valor para el municipio de Puebla, considerado patrimonio cultural de la humanidad.


La virgen de La Soledad

 


Es una imagen de finales del siglo XVII, es sevillana y cuenta la historia que la mandó a traer un esclavo mulato que había alcanzado la libertad y en su traslado por barco, llegó a Puebla hasta 1706, le hicieron una pequeña capilla y tuvo tanta devoción que decidieron hacer un convento alrededor de la imagen.
Los habitantes de la ciudad de Puebla tenían tanta devoción que iban a recoger piedras al río y llevarlas para la construcción de la iglesia, lo que se llama muros de limosna, porque daban las piedras como limosna.
Es una imagen muy venerada, al grado que las señoras ricas de la ciudad, el viernes santo, la traían desde la iglesia de La Soledad, luciendo sus joyas, collares de oro con piedras preciosas, pulseras, aretes, grandes peinetas y mantillas.


Jesús de las Tres Caídas

Se encuentra en el templo del Señor de Analco y es una imagen del siglo XVII. Dicen que el escultor que la realizó pidió como requisito que nadie lo molestara, que nadie entrara a su estudio mientras realizaba la escultura, sólo un compadre que estaba ciego para que platicara.
Cuando estuvo terminando la imagen, el ciego le dijo “oye compadre, me dejas tocarla, porque yo no sé lo que estuviste haciendo”, y cuando la tocó recuperó la vista, por lo que el milagro corrió por toda la ciudad y llegó gran cantidad de gente a adorarlo, que incluso ayudaron a hacer la capilla lateral de la iglesia, dedicada al Señor de las Tres Caídas.

La Dolorosa

La tercera imagen de la procesión de Viernes Santo, es la virgen de Los Dolores, de El barrio de Carmen, es obra de José Villegas Cora, el más famoso escultor de Puebla en el siglo XVIII, y fue hecha especialmente para la capilla doméstica del convento de El Carmen. Empero, tiempo después, demolieron esa capilla porque la tomó el ejército a mediados del siglo XIX y la imagen relegada hasta que le volvieron a dar importancia. Es la más hermosa escultura Mariana que tenemos en la ciudad.


Jesús de Nazareno


Esta imagen se encuentra en la iglesia de San José, es la más antigua de todas, el dato que tenemos es que se hizo en 1595, es decir, es del siglo XVI y el escultor Jerónimo Rodríguez, fue arrestado por La Inquisición.
Su escultor era portugués y en ese tiempo, todos los portugueses eran sospechosos de herejía, pero la verdad es que los reyes de Portugal y los de España eran enemigos. La imagen fue llevada a San José y tuvo tanto éxito devocional que los cofrades le hicieron una capilla suntuosa anexa a la iglesia.
El Señor de las Maravillas. Es una imagen del siglo XVII que el escultor se la regaló a la iglesia de San José, pero como ya tenían al nazareno, la rifaron y se la ganaron las monjas de Santa Mónica, a donde fue trasladada.
La colocaron cerca de El Coro, donde hoy se encuentra y era la imagen con dos soldados romanos en actitud de flagelarlo, siempre había una monja velando todas las noches y una de ellas escuchó quejidos, espió por la reja y para su sorpresa, los soldados romanos tomaban vida y azotaban a Jesús.
La noticia llegó a toda la ciudad y la gente irritada fue, arrancó a los soldados romanos y los quemó en la plaza de San Antonio. Entonces se quedó la imagen sola pero con mucha devoción.
El nombre se le debe a que había una mujer cuyo marido estaba en la cárcel y le llevaba de comer todos los días, porque entonces no había cocina en las cárceles y cuando llevaba el itacate, observó que había un preso al que nadie le llevaba de comer y le daba un poco al preso y lo demás a su marido.
Se cuenta que el marido sale libre y ella se apiadó del pobre preso y le llevaba todas las mañanas el desayuno, pero no faltó el chismoso que le dijo al marido “quien sabe por qué tu mujer le lleva de comer a un preso, se enceló el marido y la espió y le salió al paso cuando iba con su canasta con los alimentos y le dijo “a dónde vas” y ella muy nerviosa le dijo “voy a ver al Señor que se venera en Santa Mónica”, “ah sí, y qué llevas en esa canasta”, y le respondió “flores de maravilla”, le arrancó la servilleta y en la canasta había flores de maravilla.
Entonces, el marido le pidió perdón y fueron juntos a rezar y desde entonces se llama El Señor de las Maravillas. Es la imagen más devota de la ciudad, a la que siguen las personas, hasta los artistas.