Con una misa en el Santuario Guadalupano, el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, adelantó la celebración de su cumpleaños número 66, acompañado de sacerdotes de la arquidiócesis, principalmente de la capital y municipios conurbados y pidió que lo acompañen con sus oraciones para continuar con la labor misionera.

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Asimismo, en entrevista al término de la ceremonia fue abordado sobre los matrimonios igualitarios, e indicó que la lglesia no discrimina uniones homosexuales, pero el único matrimonio que reconoce es de hombre con mujer.

En el santuario que se ha ido edificando desde su llegada a Puebla en 2009, dio gracias por los favores concedidos y pidió fortaleza para seguir trabajando por los fieles católicos en Puebla.

“Mi deseo es que el Señor me conceda salud para seguir recorriendo todo el Estado de Puebla como lo he hecho durante los últimos años”, apuntó Sánchez Espinosa.

Víctor Sánchez Espinosa dijo que mantiene su trabajo apostólico de recorrer todas las comunidades a las que lo invitan, donde tienen fiestas patronales y confirmaciones, “este día lo celebro con los sacerdotes, con los seminaristas y con algunos laicos con quienes realizan trabajo pastoral”.

El arzobispo de Puebla reiteró su agradecimiento a los habitantes de la entidad poblana por tantas muestras de afecto, de cariño y de felicitación, porque las comunidades “saben que hago mi caminar diario con ellos”.

Dijo que su deseo desde el principio es que el Estado de Puebla esté en misión porque ése fue el objetivo después de la reunión vaticana de Aparecida, por eso reiteró que seguirá fuerte con su trabajo pastoral, para arraigar la fe entre los habitantes de Puebla.

En la homilía,  el arzobispo de Puebla hizo un llamado a los  sacerdotes a mantener su labor misionera como lo ha pedido el Papa Francisco y anteriormente el Papa Benedicto.

Respeto a las orientaciones sexuales

El arzobispo, al término de la misa, en entrevista se refirió a los matrimonios entre personas del mismo sexo, e indicó que la institución no ha cambiado su postura al reconocer como matrimonio el de una mujer con un hombre.

Recordó que la Conferencia del Episcopado Mexicano emitió un comunicado en el que fija su postura de respeto, y algunos párrafos señalan “Por lo que se refiere a las familias, se debe tratar de asegurar un respetuoso acompañamiento, con el fin de que aquellos que manifiestan una orientación sexual distinta puedan contar con la ayuda necesaria para comprender y realizar plenamente la voluntad de Dios en su vida”.

Otro punto es “en una sociedad en la que ya no se advierte con claridad que sólo la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer cumple una función social plena, por ser un compromiso estable y por hacer posible la fecundidad, reconocemos la gran variedad de situaciones familiares que pueden brindar cierta estabilidad, pero las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo, por ejemplo, no pueden equipararse sin más al matrimonio. Ninguna unión precaria o cerrada a la comunicación de la vida nos asegura el futuro de la sociedad.”

“Lo creado nos precede y debe ser recibido como don. Al mismo tiempo, somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada.”

Dato biográfico

Nació el 21 de mayo de 1950, en la población de Santa Cruz, que pertenece a la parroquia de Tlancualpican, Puebla. Ingresó al Seminario menor y después al Seminario mayor, además, realizó estudios de Filosofía y Teología. Fue ordenado sacerdote en 1976.

Después de unos meses como vicario en la parroquia de María Reina, fue enviado a Roma a especializarse en Sagrada Liturgia en el Pontificio Instituto Litúrgico, en San Anselmo. Al regresar a Puebla, en 1979, fue nombrado profesor, director espiritual y coordinador de la dirección espiritual en el Seminario Mayor Palafoxiano.

Fue el 5 de febrero del año 2009 cuando el papa Benedicto XVI lo nombró el octavo arzobispo de Puebla y tomó el cargo el 2 de abril de ese mismo año en una emotiva misa que congregó a cerca de 40 mil personas en el estadio Cuauhtémoc, a la que acudieron cardenales, arzobispos y obispos del país y de varias naciones de América Latina.