La llamada ‘cuesta de enero’ que cada año le pega al bolsillo a algunos consumidores e industrias mexicanas llegó este año acompañada de un aumento en los precios de la gasolina y de un dólar fortalecido que encarece los insumos que compran muchas empresas de consumo.

Sin embargo, compañías como Arca Continental, FEMSA y Bimbo realizan cada año estrategias que les permiten compensar estos factores adversos.

Por ejemplo, Arca Continental, la segunda embotelladora de Coca-Cola más grande en América Latina, cuenta con su propia flotilla de más de 11,000 unidades de camiones grandes y compactos que recorren más de 3,000 rutas, lo que le permite eficientar sus costos.

“Por supuesto que hay una afectación (por el ‘gasolinazo’), pero es una parte no relevante de nuestro costo de venta. Hay que ser cuidadosos, y ese incremento lo vamos a compensar con eficiencias operativas adicionales para que no nos refleje un impacto”, dijo a Expansión Ulises Fernández, director de finanzas de Arca Continental.

La empresa continuamente invierte en su equipo de transporte, que se caracteriza por tener piezas modernas, como los motores, para usar de manera eficiente la gasolina, añadió Fernández.

Además, la compañía aseguró que tiene cubierto más del 50% de los costos de materias primas adquiridas en dólares para el primer trimestre del año, a un tipo de cambio de 18.35 pesos.

Por lo anterior, Arca descartó un incremento al precio de sus productos debido a la difícil situación y a la volatilidad e incertidumbre en el país.

Bimbo verde

Grupo Bimbo, por otro lado, desarrolla vehículos eléctricos a través de su subsidiaria Moldex desde hace dos años. La empresa tiene en operación 320 unidades, de las que 110 circulan en Guadalajara, 90 en Monterrey, 45 en Cozumel y 75 en la Ciudad de México.

Las unidades tienen capacidad para cargar 600 kilogramos con una autonomía de 70 kilómetros. El tiempo de recarga de la batería desde cero es de 8 a 12 horas y requiere de una conexión trifásica con cargas para 220 voltios.

“En un vehículo a gasolina se tiene un gasto promedio de 2.6 pesos por kilómetro recorrido. En este vehículo, el costo oscila en los 40 y 50 centavos por kilómetro recorrido”, dijo José María Aguilar, director general de Moldex, en junio del año pasado a Expansión.

En el caso de FEMSA, la embotelladora más grande de Coca-Cola en la región, ha estado invirtiendo en soluciones avanzadas para integrar todas sus áreas de operaciones en busca de hacer más eficientes sus costos.

En diciembre del año pasado, la firma JDA Solutions, empresa para la planificación y ejecución de las cadenas de suministro, anunció que FEMSA contrató una serie de soluciones enfocadas a transporte y manufactura.

“Los ahorros (de implementar estas soluciones, como en el tipo de software) van desde el 5% al 30% de los costos. En el transporte pueden ir de 15% a 30%”, dijeron directivos de JDA durante el evento Innovation Day, en octubre del año pasado.

 

Lala y Gruma, menos protegidas

Otras empresas, como Lala y Gruma, pueden verse más presionadas este año por el mayor precio en el combustible, de acuerdo con un análisis financiero que Santander publicó la semana pasada.

“Estimamos que esto puede tener un impacto negativo sobre el EBITDA consolidado —ingresos antes de impuestos, intereses, depreciaciones y amortizaciones—, el cual va de un 0.4% para Gruma hasta un 2.3% para Lala”, cita en el documento Luis Miranda, analista de alimentos y bebidas del grupo financiero.

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) anunció a principios de mes que estará vigilando los precios de los alimentos de la canasta básica —principalmente la tortilla, frijol, arroz, azúcar, huevo, pollo, leche y cárnicos—, pues son los principales que pueden subir de precio por el efecto del aumento en la gasolina. “Esperamos que las compañías implementen incrementos en precios y programas de productividad para compensar parcialmente este incremento”, destacó.