Trabajar en fortalecer la paz social, unir voluntades para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y refrendar la unión entre autoridades y ciudadanos, fueron los tres mensajes del arzobispo Víctor Sánchez Espinosa en la XXVII edición de la Procesión de Viernes Santo a los feligreses y visitantes, que en esta ocasión sumaron más de 170 mil personas a lo largo del recorrido por las principales calles del Centro Histórico de Puebla.

Enlace a la galería de fotos

El corazón de Jesús unifica criterios, puntualizó, sin importar condiciones sociales ni ideológicas ni de diversas formas de pensamiento. Pero sí consolida los valores de cada uno de quienes integran a la sociedad, puntualizó durante las estaciones de Viacrucis celebrado al interior de la Catedral previo a la Procesión de Viernes Santo en donde los participantes registraron un nuevo récord de asistencia al superar en 20 mil más a diferencia de la celebración del año previo y en donde también realizó un llamado a las autoridades estatales y municipales para que unidos con la ciudadanía reestablezcan la paz.

Víctor Sánchez Espinosa y el rector de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), Emilio José Baños Ardavín guiaron la procesión a lo largo de la 16 de Septiembre hasta tomar la 2 Norte y alcanzar la 4 Oriente-Poniente para llegar a la 11 Norte, dirigirse al templo de Nuestra Señora de Guadalupe en donde monseñor aseguró que hoy es un día de luto para los cristianos por la muerte de Jesucristo, pero su cruz  es un signo de vida, de un árbol frondoso que se ha esparcido por todo el globo para redimir al hombre.

En esta ocasión el alcalde Luis Banck Serrato y su esposa Susana Angulo no se incorporaron a la procesión, pero el secretario de Seguridad, Manuel Alonso García enfrente de la entrada del Palacio Municipal se santiguó  al paso de las cinco imágenes: la Virgen de la Soledad, Jesús de las Tres Caídas de Analco, Virgen de los Dolores de El Carmen,  El Señor de Las Maravillas y Padre Jesús Nazareno de San José; además desde el balcón el regidor Juan Carlos von Roehrich observó el panorama; el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), José Carlos Montiel Solana se unió en la 4 Poniente y el regidor Miguel Méndez Gutiérrez sí caminó toda la ruta acompañado de su pequeño hijo y el arzobispo tampoco uso el auto similar al papamóvil que uso el año pasado al estar recién operado del corazón.

Luis Banck Serrato, al lado de Susana Angulo, se mezclaron con los feligreses al interior de la Basílica Catedral Metropolitana, para pasar desapercibidos.

Al recordar la tragedia de la muerte de Jesús en la cruz y al ser crucificado entrega un mensaje de salvación y esperanza a la humanidad, Sánchez Espinosa priorizó que el corazón vivo, prometido por Dios en los profetas, apóstoles y al cristianismo, ya está presente en el mundo.

“Es el corazón de Cristo traspasado en la cruz por clavos transformados en amor, lo que veneramos como el Sagrado Corazón de Jesús; al recibir la eucaristía, creemos firmemente que ese corazón viene a latir con mucha fuerza dentro de nosotros”.

El arzobispo Vítor Sánchez vestido de blanco en recuerdo de la pureza y de la paz que quiere Jesús ver en todas partes, caminó esta vez sin el clásico parasol por las principales calles de la Angelópolis que recibieron visitantes de Ciudad de México, Veracruz, Morelos, Hidalgo, Tlaxcala, Querétaro, Oaxaca, Estados Unidos, asiáticos y de Europa del este, explicó que el corazón de Cristo y la cruz son sinónimo de una vida y de unión con el prójimo.

Víctor Sánchez detalló que el  cuerpo de Jesucristo, existe en una dimensión distinta a la de su paso por el planeta al ser real y mística.

“Si el cordero del hombre vive en el cielo inmolado, pero de pie, también su corazón comparte el mismo estado; es un corazón traspasado pero viviente; eternamente traspasado, precisamente porque está eternamente vivo por nosotros”.

La cruz, reiteró,  es la proclamación viva de que la victoria final no es de quien triunfa sobre los demás, sino de quien triunfa sobre sí mismo; tampoco de quien hace sufrir, sino de quien sufre.

El hermanamiento de la comunidad es uno de los grandes retos que los poblanos y todos los pobladores de la Tierra deben de asumir con la crucifixión de  Jesús y con su resurrección por ser el signo que debe de seguir la humanidad.

Fe viva

De las cinco imágenes cargadas  por creyentes y de la Cofradía de Nazarenos, la del Señor de Las Maravillas  fue la más venerada y aclamada a su paso por las calles del corazón de la Angelópolis.

Las imágenes de la Virgen de la Soledad, Jesús de las Tres Caídas de Analco, Virgen de los Dolores de El Carmen,  El Señor de Las Maravillas y Padre Jesús Nazareno de San José a su paso por las calles encontraron un fervor invaluable, los creyentes cantaron desde los balcones de las milenarias casas del primer cuadro de la metrópoli como muestra de una fe que se mantiene viva como el corazón de Jesucristo.

Las imágenes que participan en la procesión del Viernes Santo corresponden al año 1595 hasta fines del siglo XVIII, recordó el arqueólogo Eduardo Merlo Juárez.

Víctor Sánchez Espinosa el arzobispo precisó que la Procesión de Viernes Santo que se desarrolla desde su época moderna en la Angelópolis desde hace 27 años ya tiene más relevancia a las de Iztapalapa y San Luis Potosí, incluso, indicó, el número de participantes es mayor.

Previo a la procesión, agradeció a los políticos que no comenzaron su campaña en Semana Santa por respetar los días santos y a los feligreses.