El especialista en psicología evolutiva y neurobiólogo de la Universidad de Oxford, Robin McDonald Dunbar, explicó que la falta de estímulos sociales aumenta el 30 por ciento de las probabilidades de tener una muerte prematura, volviéndose un factor de riesgo importante junto con el alcoholismo, tabaquismo y obesidad.
Frente al confinamiento por la Covid-19, McDonald expresó ante el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) que el distanciamiento social "Afecta al razonamiento, al desempeño de la memoria, al equilibrio hormonal (...) y a nuestra capacidad de hacer frente a enfermedades físicas y mentales".
A través de un estudio sobre cómo afecta la falta de tacto al sistema inmunitario, el neurobiólogo descubrió que cuando las relaciones sociales se ven afectadas, se activan las mismas zonas cerebrales que cuando la integridad física está en riesgo. De acuerdo con su investigación, el contacto físico envía una señal a varios centros cerebrales para producir endorfinas (opioides naturales). "Tiene un efecto analgésico 30 veces superior a la morfina", detalló.
Explicó que las endorfinas estimulan al sistema inmunitario para producir células T-asesinas, encargadas de destruir virus que invaden al cuerpo humano.
Por tanto, cuanto menor sea el contacto físico con otras personas, las defensas del cuerpo serán menores también.
Con información de El Universal.