María Asunción Zepeda y Mary Cruz Mirón, comparten un mismo temor para regresar a sus casas, luego de las explosiones de la madrugada del 31 de octubre en San Pablo Xochimehuacan.

Ambas, siguen siendo vecinas, pero ahora en el albergue de del templo la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos, ubicado en la 9 Sur y bulevar Norte.

El miedo es el mismo para ambas mujeres madres de familia de 50 y 35 años de edad, que haya otra explosión, ya que los ductos seguirán ahí y el huachicol u ordeña clandestina no se ha parado.

Mary, luego de recordar lo que dejó atrás, coincidió al señalar que el miedo va a seguir diario, por lo que pide una solución a las autoridades para que no ocurra una tragedia peor, no solo en San Pablo, sino en todas las colonias donde pasan ductos de Pemex.

-¿Qué siente luego de ver la magnitud del desastre y ver que está bien con su familia?

-Siento que estamos bien, pero hay algo por dentro que no te deja descansar y no nos va a dejar descansar, porque al rato regresar y decir voy a dormir como todas las noches, no creo.

“Regresar y dormir, decir no va a pasar nada, pero con el oído atento y a ver cuándo pasa de nuevo y córrele”, dijo a Intolerancia Diario.

“Desgraciadamente San Pablo, se ha vuelto en una bomba de tiempo, hay muchos ductos, muchas empresas de gas, me gustaría pedirle al gobierno que haga algo por eso. Que saque a las gaseras de esa zona”, dijo María Asunción a este medio.

“Ya está totalmente habitado, hay muchas familias, niños, gente grande, es una bomba de tiempo, puede ser el robo de combustible o los maleantes”, sostuvo sin contener las lágrimas.

“Ahora se ha apoderado la delincuencia de San Pablo. Los que estamos acá estamos preocupados por nuestras pertenencias, dejamos todo, lo que queríamos era salvarnos”, recordó. ”Hay familias que prefirieron no salirse. Prefiero mi vida a las cosas”.

-¿Cuando regrese, no sabemos en qué tiempo sea, cómo va a regresar, hay miedo?

-Es mucho temor, por lo menos en mi caso estoy temerosa de regresar, pero tengo que regresar porque es mi hogar y no tengo a donde ir, pero si habrá miedo de que a lo mejor un día ya no despierta uno porque nos sale una explosión igual.

“Que pongan alto a las gaseras, más vigilancia y orden, porque San Pablo se ha convertido en un caos, estamos en la cuerda floja”, insistió María Asunción.