Las "bondades" del Covid-19 han permitido, después de tres años, desarrollar el lavatorio de pies a 12 adultos mayores del Asilo de Caridad Santa Inés, al seno de la Catedral Metropolitana encabezado por el arzobispo de Puebla, Víctor Sanchez Espinosa.

El líder de la grey católica pidió unión familiar y un trabajo conjunto para cambiar la violencia extrema desmedida y feminicidios.

Monseñor recordó este Jueves Santo, la acción de Jesús ante sus discípulos a quienes lavó los pies por la caridad y amor eterno a los suyos, y a la humanidad, sin importar el horizonte de muerte que comenzaba a vivir.

Ante una comunidad que colmó el interior de la joya arquitectónica poblana, recordó que esta celebración del lavatorio de pies, según una antiquísima tradición de la iglesia en Puebla, es separada de la misa in cena domini, de la misa de la cena del Señor.

Subrayó que ante el entorno actual enmarcado por diferentes complicaciones, se otorgue el apoyo, cariño y amor a las personas con más necesidades y carencias entre la población.

"Ahora vamos a recordar ese gesto de amor, de caridad eterna de Jesús, lavarles los pies a sus discípulos y darles ejemplo de fraternidad, de caridad, ahora que tanta falta hace ante tantas situaciones difíciles que estamos viviendo, cuánta violencia, cuántos feminicidios, cuántos crímenes”.

Llamó a todos a ciudadanos a que desde sus zonas de influencia trabajen y se esfuercen en la construcción de una convivencia fraterna que permita contrarrestar la violencia que se presenta en la sociedad.

“Ante eta situación de violencia que vivimos con tantos feminicidios, realmente necesitamos como creyentes, buscar; sobre todo en nuestras familias, la convivencia fraterna, la caridad fraterna, los lazos de unidad y de fraternidad, por eso hoy, este año, y en especial con el significado de este gesto de es Jesús con sus discípulos, el lavarles los pies un signo de humildad, amor y de fraternidad infinita”.

Recordó que durante la tarde-noche de este Jueves Santo, se oficiará en Puebla la Misa de la Cena del Señor en la Basílica Catedral Metropolitana para recordar ese momento histórico en que se recuerda, actualiza y se vive la Última Cena de Jesús en la Tierra.

Recapituló que Jesús, antes de padecer la muerte de cruz, celebró la cena de Pascua con sus apóstoles y durante esa cena, después de cantar los salmos, tomó pan y vino y los dejó como alimento espiritual eterno.

Acentuó que este Jueves Santo, se recuerda el mandamiento del amor porque Jesús mandó en la última cena a amarse los unos a los otros, como el nos amó, al extremo de entregar su vida por la humanidad. 

Sánchez Espinosa puntualizó que ese acto de amor de Jesús se transforma en la esencia del cristianismo que es el amor por el prójimo.

"Así sería una buena idea que este jueves santo, por ser el día de la caridad, llevemos a alguna persona necesitada un poco de ayuda o de alimento”.