En Estados Unidos, la comunidad latina con más de 65 millones de personas, tiene un  peso económico, que en 2023 alcanzó los 4.1 billones de dólares en Producto Interno Bruto (PIB), una cifra que, si se analizara como la de un país independiente, colocaría a los latinos como la quinta economía más grande del planeta, por encima de naciones como Reino Unido o India.

La cifra fue presentada en el marco de la Cinco de Mayo Week por el doctor David Hayes-Bautista, director del Centro de Estudios de Salud y Cultura Latina en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), en la presentación de los resultados del Estudio del PIB Latino en Estados Unidos 2025.

Los latinos no son solo una minoría creciente, sino un pilar económico sin el cual la economía estadounidense se vería gravemente afectada.

Más allá del campo y la cocina

Durante décadas, la imagen predominante del latino en EE.UU. ha estado asociada al trabajo agrícola, de limpieza o de construcción. 

Y si bien estos sectores siguen teniendo una importante participación de esta comunidad, la realidad económica ya es otra. 

Según Hayes-Bautista, los latinos lideran hoy sectores clave como las finanzas, bienes raíces y los servicios empresariales, con un dinamismo empresarial que desmiente cualquier narrativa de dependencia o marginación.

“Nos siguen viendo como campesinos, pero eso es solo una parte de la historia. Hoy dirigimos empresas, movemos capitales, desarrollamos tecnología”, enfatizó el especialista.

Este cambio de paradigma no es anecdótico: es estructural. A pesar de las crisis recientes, como la pandemia de COVID-19, la economía latina no solo resistió, fue la que más rápido creció a nivel global. Un dato que, según Hayes-Bautista, incluso superó el desempeño de potencias como China y del propio EE.UU. en su conjunto.

El poder 

El especialista recordó que el 60% de los latinos en EE.UU. son de origen mexicano, y aún así, prevalece una visión reduccionista de su papel en la sociedad. A ello se suma la exclusión sistemática del voto latino que, según él, ha sido una constante bajo distintos gobiernos, desde Obama hasta Trump.

“No se trata solo de leyes migratorias, sino de estructuras de exclusión más profundas que impiden que el poder económico se traduzca en poder político”, advirtió Hayes-Bautista.

El planteamiento final del investigador invita a pensar más allá de las cifras: ¿qué pasaría si los latinos actuaran como una fuerza unificada? La respuesta es contundente: serían la tercera economía del mundo. 

Esa hipótesis revela el potencial latente de una comunidad que, aunque dispersa en territorios, sectores y culturas, comparte una raíz común y una capacidad de transformación sin precedentes.

Mientras las campañas políticas en EE.UU. intensifican sus discursos sobre migración y seguridad fronteriza, la verdadera fuerza de los latinos ya está operando desde el corazón del sistema económico. Invisibles para algunos, indispensables para todos, advirtió finalmente.