México requiere una reforma laboral que promueva la equidad de género, la flexibilidad de horarios, que reconozca el trabajo doméstico y apoye la participación de más mujeres en la economía formal, así como su ascenso a puestos directivos.

La presidenta del DIF nacional, Margarita Zavala, aseguró que “no tener a las mujeres en las empresas, en la economía, no le ha convenido a nadie, entre otros, a las propias empresas" y afecta mucho como país.

En el evento “Empoderamiento económico de las mujeres”, destacó algunos avances de la mujer en los ámbitos educativo, económico y social, así como los retos que aún están pendientes y la necesidad de una reforma laboral.

Explicó que ésta debe promover condiciones iguales entre mujeres y hombres, así como un equilibrio entre la vida familiar y la laboral con la flexibilización de horarios, pues -comentó la presidenta del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF)- “la ley tiene que poner los fundamentales que todavía no hay”.

A su vez, la presidenta de General Electric México, Gabriela Hernández, coincidió en la necesidad de políticas de Estado más agresivas con reformas laborales que promuevan la igualdad, y dio como ejemplo las licencias laborales de paternidad a los hombres, a fin de compartir las responsabilidades de cuidar a los hijos.

Tras resaltar la participación del género femenino en diversos ámbitos, precisó que 80 por ciento de las determinaciones de compra las toma este sector de la sociedad y 70 por ciento de las decisiones que afectan al Producto Interno Bruto (PIB) son hechas por mujeres.

Asimismo, abundó, uno de cada cuatro hogares son mantenidos sólo por mujeres, mientras que las empresas que tienen al menos 30 por ciento de mujeres en sus puestos directivos consiguen 41 por ciento más de retorno sobre capital.

Por su parte, la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, María del Rocío Gaytán, coincidió en la necesaria y “urgente” necesidad de una reforma laboral, que contribuya a mejorar la economía del país y eliminar las desigualdades, que incorpore a más mujeres a la economía formal y dar facilidades de estudio de postgrados a las mujeres que tienen hijos.

Lamentó que el trabajo doméstico no esté considerado en la actual legislación, cuando la labor en el hogar le cuesta al país 22 por ciento del PIB, lo que significa más que los ingresos petroleros.

Por su parte, la subsecretaria de Industria y Comercio de la Secretaría de Economía, Lorenza Martínez, comentó que la participación de las mujeres en puestos directivos tanto en instituciones públicas como privadas es bajo, además que las trabajadoras tienen un ingreso promedio menor al del hombre.