Ante las condiciones del entorno económico de México, es necesario contar con una política para el desarrollo de la competitividad de las empresas que fortalezca y modernice la industria, aseveró la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra).

“Sin duda es un asunto que preocupa -las condiciones económicas del país-, ya que no están permitiendo que el país tenga crecimientos sostenidos mayores al 5.0 por ciento ni que se desarrolle la creatividad y desarrollo de la planta productiva”.

La orientación general de esta política debe encaminarse en el dinamismo del mercado externo y en el fortalecimiento del interno con base en la integración regional y la reconversión de la estructura productiva.

Así como en el intercambio comercial, un sistema financiero sólido, la adaptación e innovación tecnológica, cimentada en centros de investigación y desarrollo de las instituciones de educación superior.

Se requiere de una estrategia de financiamiento eficaz y oportuna para recuperar el crecimiento de la inversión, la producción y el empleo, porque el costo del dinero y las dificultades para su obtención siguen actuando como barrera para mejorar la capacidad competitiva de las empresas.

Entre las acciones que se pueden implementar para impulsar la competitividad empresarial está la de otorgar apoyos financieros a partir de la viabilidad económica y social de los proyectos, intensificar la modernización y competencia al interior del sector financiero.

El organismo empresarial enfatiza que se deben crear y fortalecer mecanismos que permitan, a través del mercado de valores, el acceso a recursos para la capitalización de las unidades fabriles.

Impulsar la creación de un fondo integrado con recursos del sector público, del financiero y de las grandes empresas, para que con aportaciones temporales de capital de riesgo, se promueva la recapitalización de las empresas de menor tamaño, en actividades estratégicas.

Es indispensable que los recursos que ofrece la banca de desarrollo se distribuyan de manera equitativa entre las actividades del sector industrial y comercial, en tanto que la fortaleza de la industria y de las empresas generadoras de valor se debe reflejar en un sistema financiero sólido y estable.

“Un sistema bancario fuerte no puede existir en una economía con empresas que tienen escasa rentabilidad y sometidas a condiciones de competencia desventajosa”.