El objetivo de ese plan, que va a favorecer a más de 24 millones de mexicanos pobres, es contribuir a romper el ciclo intergeneracional de la pobreza y garantizar un ingreso mínimo a los hogares en situación de vulnerabilidad. De ese total, el 95,8 por ciento son mujeres y 68 por ciento viven en zonas rurales. La selección de beneficiarios se realiza mediante una metodología de focalización, la cual incluye la aplicación de una encuesta sobre las condiciones de vida del hogar y que se actualiza periódicamente.
El 98 por ciento de los recursos del préstamo se orientarán a financiar los pagos a los hogares beneficiarios, que reciben transferencias a cambio del cumplimiento de ciertas acciones, como la asistencia de los hijos a la escuela y a controles médicos.
Según el BID, entre 1998 y 2011, el monto promedio de los apoyos creció en términos reales de 48 por ciento a 78 por ciento del salario mínimo. En 2012, la transferencia que recibía una familia beneficiaria era de alrededor de 130 dólares por mes. La nueva operación tendrá un plazo de amortización de 11 años, con un período de gracia de 11 años. El prestatario es el gobierno, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Los organismos ejecutores son la Secretaría de Desarrollo Social y la Secretaría de Educación Pública. Este proyecto aumentaría la matrícula de secundaria y media superior, incrementando los apoyos para estos niveles, estableciendo pagos por terminación de grado y logrando la vinculación entre Oportunidades y los programas de becas de la Secretaría de Educación Pública.
También fomentaría el acceso efectivo a los servicios de salud y nutrición, mediante la consolidación y expansión de la Estrategia Integral de Atención de la Nutrición, que fortalece la capacitación del personal de salud en la difusión y distribución de suplementos de micronutrientes para niños y mujeres embarazadas.
El BID viene apoyando el programa Oportunidades desde 2002 y ha brindado un financiamiento por unos 3.800 millones de dólares.