La calma que se vive a las afueras de la zona de quemados del Hospital del Niño Poblano (HNP), contrasta con los rostros desencajados de unos cuantos familiares de víctimas que esperan por buenas noticias en lo que será un día largo.

Para una mujer de más de 50 años de edad, la buena noticia es que una de sus hijas será dada de alta en unas horas, pero se ensombrece al saber que su abuelo está muy grave.

“Está muy mal, ya intubaron, mi abuelito está en terapia intensiva y Pino está mal y a la Chimi ya la dieron de alta”, así informó la mujer por teléfono celular de la tragedia a sus demás familiares.

En las rejas del nosocomio público, sin dejar de derramas lágrimas, también con una leve sonrisa informó que su pequeña niña ya será dada de alta, ya que no se “quemó mucho”.

Comenta que tendrán que quedarse ahí, hasta que sus familiares salgan, luego de haber sufrido fuertes quemaduras por la explosión de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan de la capital de Puebla.

“Primero se rompieron los vidrios de la casa y después entró el fuego”, dijo al recordar la escena cuando ya dormían en una de las 54 casas afectadas por la explosión.

Sin haber dormido un solo minuto desde la madrugada del trágico 31 de octubre, acompañada de su joven hija de alrededor 20 años de edad, comentan a unos vecinos que llegaron a ofrecerles ayuda, que estarán al pendiente de todo.

Vecinos de la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan, reportaron un intenso olor a gas, pero pasadas las 2:30 horas se registraron explosiones que se llegaron a escuchar a zonas tan alejadas como San Pedro Cholula.

Una persona muerta; 11 heridos por quemaduras de segundo y tercer grado, 4 de ellos niños; 54 casas destruidas y 2 mil evacuados es el saldo preliminar.

“Se escucharon varias explosiones y de inmediato había fuego y el cielo, es horrible, tuvimos que salir corriendo”, dijo la mujer sin contener el llanto que contagió a sus vecinos, para regresar corriendo a las instalaciones de la zona de quemados, tras el llamado de un médico en las puertas.