Esta visita es “histórica e importante”, sostuvo en una teleconferencia la copresidenta del Grupo de Trabajo del presidente sobre el Estatus de Puerto Rico, Cecilia Muñoz, directora de Asuntos Intergubernamentales de la Casa Blanca.
Señaló que el viaje ocurre luego de la divulgación en marzo pasado de un informe del Grupo de Trabajo sobre la cuestión del estatus y recomendaciones para el desarrollo económico, la generación de empleo, educación, la salud y la energía limpia.
Las agencias federales y miembros del equipo continuarán trabajando en coordinación para abordar no sólo el estatus político del estado libre asociado, sino también las condiciones económicas, recalcó.
Tom Perrelli, fiscal federal adjunto del Departamento de Justicia y copresidente del Grupo de Trabajo, dijo que es importante instrumentar las recomendaciones del informe.
Las opciones de estadidad o independencia del actual Estado Libre Asociado sigue siendo de un tema de gran importancia “que está en manos de los puertorriqueños”, indicó.
El comisionado residente en Washington, Pedro Pierluisi, tiene previsto acompañar a Obama en el Air Force One.
A su llegada a la base Muñiz de la Guardia Nacional en la isla, Obama y el gobernador puertorriqueño Luis Fortuño ofrecerán mensajes y, posteriormente, el jefe de la Casa Blanca se reunirá con donantes para su campaña de reelección en 2012.
Puerto Rico enfrenta actualmente una crisis económica, protestas por recortes presupuestarios y acusaciones de represión contra manifestantes.
En una teleconferencia a la misma hora, activistas respaldados por el legislador demócrata de Illinois, Luis Gutiérrez, pidieron a Obama que frene las deportaciones de jóvenes inmigrantes en la isla.
Los líderes le pidieron a Obama que demuestre su liderazgo y use su autoridad ejecutiva para detener las deportaciones de los jóvenes indocumentados que son elegibles para el proyecto de ley Dream Act.
“Me he graduado con honores pero no puedo continuar mi educación”, dijo en la conferencia Esmeralda Hidalgo, una estudiante que llegó a Puerto Rico a la edad de nueve años en un bote procedente de República Dominicana. “Sólo quiero contribuir al país que conozco como mi hogar”, dijo.
Los líderes puertorriqueños pretenden dejar claro que el tema inmigratorio también es importante en la isla, donde calculan más de 350 mil inmigrantes, en su mayoría dominicanos, colombianos y venezolanos que son víctimas de discriminación y abusos.