Luego de dos años y medio de batalla legal, la pareja mexicana integrada por Margarita Almaraz y Alfonso Mejía García se reunió con sus hijas Ashanti, de ocho años, y Asheley de cuatro, quienes estuvieron en custodia del Condado de Chester, Pennsylvania.

En conferencia de prensa, la directora de Atención a Huéspedes, Migrantes y sus Familias de la Sederec, Guadalupe Chipole Ibáñez, explicó que Margarita y Alfonso residieron en Pennsylvania, Estados Unidos, ocho y nueve años, respectivamente.

Sin embargo, al ser deportados en 2009, sus hijas quedaron bajo la custodia del Estado, tras lo que iniciaron un pleito legal a distancia, agregó la funcionaria de la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec).

En un hecho inusitado y luego de amplios esfuerzos legales y técnicos, la Corte de Pennsylvania aceptó la comparecencia a distancia de los padres a través de Internet, detalló.

La dependencia capitalina participó durante el proceso legal de Alfonso Mejía García, indocumentado en Estados Unidos desde 1999, y lo puso en contacto con el jurídico de la Dirección de Atención a Huéspedes, Migrantes y sus Familias y con el abogado Gustavo García, quien desde México les brindó asesoría.

A través de la intervención de la Sederec y de sus abogados, el matrimonio compareció en ocho ocasiones ante la Corte de Estados Unidos, utilizando el programa Skype de videoconferencia, apoyados en una computadora, cámara y conexión a Internet, en el marco formal de un juicio con toda validez jurídica.

Las comparecencias se llevaron a cabo en el despacho del abogado Gustavo García, quien asesoró legalmente sin costo a los esposos, en coordinación con el jurídico de la Dirección General de Atención a Huéspedes, Migrantes y sus Familias de la Sederec.

Para llevar el proceso se requirió de una abogada de Estados Unidos, quien por sus honorarios ha cobrado más de 55 mil dólares, la dependencia local proporcionó apoyo social de 20 mil pesos para ayudar a sufragar los gastos de esa abogada.

Las hijas del matrimonio llegaron acompañadas por una representante del consulado en Filadelfia y fueron entregadas al DIF del Estado de México, que a su vez le dará seguimiento al caso durante cinco meses e informará al juez de Estados Unidos que se cumplieron sus órdenes.

Con ese proceso a distancia se sienta un precedente histórico para la Corte de Estados Unidos y para muchos migrantes mexicanos que después de ser deportados dejan asuntos legales y judiciales pendientes en aquel país.

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