En un informe difundido este jueves a medios de prensa, el banco aseveró que la probable recesión en el mundo industrializado sería causada principalmente por la incapacidad de su clase política para lograr acuerdos y contener sus déficit presupuestarios de largo plazo.
Asimismo, ajustó a la baja su crecimiento para 2012, de 4.5 a 3.8 por ciento, debido a una baja en la confianza de los consumidores e inversionistas, así como al impacto de probables políticas de ajuste fiscal en la expansión de la economía.
“Nuestra proyecciones revisadas muestran que Estados Unidos y Europa se encuentran peligrosamente cerca de una recesión –definida como dos trimestres consecutivos de contracción– en los próximos seis a 12 meses”, afirmó el documento.
Pese a la advertencia, el banco confió en su escenario base en que las economías desarrolladas podrán evitar una nueva fase de contracción económica debido a las sólidas perspectivas del sector privado en Estados Unidos.
También citó una probable baja de la inflación en el mediano plazo, lo que daría un incentivo al gasto de los consumidores, y a que tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europa podrían adoptar medidas adicionales para estimular sus economías.
El estudio advirtió sin embargo que “no se necesitaría mucho para alterar el equilibrio hacia una recesión” debido principalmente a que la solución definitiva para la deuda de las crisis soberanas en Europa podría tardar en materializarse.