En rueda de prensa en el marco de la COP 10 de la Convención, que se realiza del 10 al 21 de octubre en esta ciudad del sur del país asiático, expuso que en esta cita se quiere aprobar un nuevo marco que abarque más actividades de la mujer en la gestión sustentable de tierras.
La COP dedicó este lunes al tema de género una jornada completa con participación de diferentes agencias de Naciones Unidas, de cara a la posible aprobación de una plataforma tripartida de género en la Cumbre de Río de Janeiro de 2012 sobre Desarrollo Sostenible.
También se conoció la propuesta de Política Marco sobre Género de la Convención aprobar la COP 10 para que después los países la implementen, y la que se pretende aprobar esta semana en Changwon.
Gnacadja expuso que es necesario respaldar la labor de muchas mujeres de zonas áridas que son las que afrontan la vida allí, y que en muchos casos son las últimas en salir de ellas.
“Las mujeres son un pilar de la agricultura”, por lo que se ve cómo sacar adelante en esta COP una propuesta de marco de género, comentó.
La consejera de Género de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, Lorena Aguilar, recalcó que esta iniciativa responde a una demanda ante la necesidad de la incorporación de este tema en la acción global contra la desertificación.
Remarcó que hay un plan para que este tema sea transversal en las agencias de Naciones Unidas, pero además en esta Convención se suma al hecho de la incorporación de la mujer a las actividades agrícolas por problemas de degradación de la tierra.
Señaló que es un proyecto que cuenta con el respaldo de las otras convenciones vinculadas, como son la Cambio Climático y la de Biodiversidad, además del apoyo de algunos gobiernos, instituciones multilaterales y universidades.
En las reuniones de este lunes el coordinador de Políticas Globales de la CNULD, Sergio Zelaya, recordó que las mujeres participan de la producción del 70 por ciento de los alimentos en el mundo, y por tanto, la seguridad alimentaria pasa por la mujer.
Explicó que en las diferentes regiones, la mujer presenta problemas para el acceso a la propiedad de la tierra y otros recursos para su gestión, principalmente en regiones donde los hombres emigran.
De los beneficios que trae consigo, destacó que hacer que las mujeres puedan producir a más alto rendimiento las tierras aumentaría su producción en países en desarrollo en un margen de 2.5 a cuatro por ciento.
“Este incremento en la producción permitiría a su vez reducir entre 12 y 17 por ciento el número de personas hambrientas en el mundo”, recalcó.
En términos generales, expuso que se trata de un marco político que busca ayudar a reducir vulnerabilidades, hacer más igualitaria la división de roles entre hombres y mujeres y ayudar a los países que desarrollen esas acciones.