El gobierno de Japón ha empezado a revisar desde cero su política energética tras el accidente en la central nuclear de Fukushima, afirmó el embajador de este país en España, Satoru Satoh.
“Lo que podemos decir en esta coyuntura es que no sería realista excluir completamente el uso de la energía nuclear”, dijo Satoh en el marco de la entrega de los Premios Príncipes de Asturias 2011.
En rueda de prensa en el emblemático Hotel de la Reconquista, donde se hospedan los premiados, consideró que en primer lugar “la opción es aumentar al máximo el nivel el nivel de seguridad nuclear”.
Asimismo, apuntó que se va a realizar un debate nacional, en el que participe el pueblo japonés, para ver qué porcentaje debe ocupar la energía nuclear y cuál la energía renovable a mediano y a largo plazo.
Satoh, quien apenas el lunes pasado inició su tarea diplomática en España, estuvo acompañado de cinco de los llamados “Héroes de Fukushima”, entre ellos el director de la Comisaría Prefectual de Seguridad Ciudadana de Fukushima, Masami Watanabe, y el comandante de bomberos, Toyohiko Tomioka.
Asimismo, el coronel de las Fuerzas Terrestes de Autodefensa, Shinji Iwakuma; el superintendente de Policía, Yoshitsugu Oigawa, y el comandante de la 104 Unidad de Aviación, Kenji Kato.
El diplomático apuntó que los trabajos de reconstrucción están avanzando de manera firme y, a pesar de que persistan muchas dificultades, muchos de los evacuados han podido regresar a sus hogares y están poco a poco recuperando su vida cotidiana.
Poco a poco se recupera la producción agrícola e industrial y la red eléctrica está volviendo a funcionar, dijo Satoh y aseveró que tras más de seis meses del accidente nuclear, la situación de Fukushima también se está solventando de manera firme.
“La agenda prevista en la hoja de ruta hacia la restauración diseñada en abril se está adelantando y es posible que la refrigeración estable de los reactores finalice antes de que termine este año”, informó.
Por otro lado, anotó que aunque se tiende a magnificar las noticias sobre consecuencias de la radiactividad, no se registran problemas fuera del perímetro de 30 kilómetros desde la central nuclear y mucho menos en otras ciudades japonesas como Tokio.
“Los niveles de radiactividad que hay ahora son iguales que los registrados en las principales ciudades europeas, por lo que no existe motivo de preocupación”, remarcó.
Sin embargo, Satoh lamentó que el turismo ha disminuido drásticamente y confió en que esta actividad pueda irse recuperando poco a poco.