“La amenaza cesó. Consideramos a Libia liberada”, dijo en rueda de prensa el portavoz de la misión, Charles Bouchard.
El comandante admitió que aún “podrían quedar algunos focos de resistencia” de fuerzas del anterior régimen, pero la alianza confía en que pueden ser “perfectamente controlados” por las tropas del Consejo Nacional de Transición (CNT).
Por ello, la OTAN “no tiene intención” de permanecer en Libia o de proseguir con su misión más allá de la fecha ya determinada, el 31 de octubre.
Bouchard también descartó el riesgo de que el país se hunda en el caos o de que los diversos clanes existentes se enfrenten para asumir el poder, y sostuvo que cualquier comparación de Libia con Somalia “no es apropiada”.
A su juicio, el pueblo libio “quiere paz, prosperidad y estabilidad” y cuenta con “un gran potencial, más allá del petróleo”.