El gobierno del presidente sirio Bashar Al Assad “tiene significativa sangre en sus manos”, dijo hoy la vocera del Departamento de Estado, Victoria Nuland, al denunciar la reciente muerte de 26 opositores civiles, principalmente en Homs, el epicentro de las protestas.

El régimen de Assad tiene un largo, profundo y continuo historial de promesas rotas”, señaló la vocera, quien reiteró su escepticismo por el acuerdo alcanzado el miércoles entre Siria y la Liga Árabe para retirar a sus fuerzas de centros de protestas para terminar con meses de violencia.

Obviamente agradecemos a la Liga Árabe, damos la bienvenida a sus esfuerzos para frenar el brutal ataque del régimen de Assad, pero no hemos visto ninguna prueba de que el régimen de Assad intente cumplir los compromisos que ha hecho”, indicó.

Agregó que para ser instrumentada, la iniciativa debe incluir el fin inmediato de la violencia, la liberación de detenidos y el retiro de todos los elementos de las fuerzas armadas de áreas habitadas.

Asimismo, el gobierno sirio debe permitir el libre acceso de los periodistas y de supervisores que ha ofrecido la Liga Árabe, puntualizó.

Señaló que las metas de la Liga Árabe “son los mismos que los nuestros, es su vecindario, es su región. Tienen un gran interés en la estabilidad regional, la estabilidad en Siria y que Siria llegue a su potencial de ser un ejemplo no sectario y democrático en la región”, que es lo que busca la oposición.

La Liga Árabe se está enfocando en el asunto más urgente, que es el derramamiento de sangre. No creo que eso nos impida trabajar juntos en los próximos pasos, pero no hemos llegado siquiera al primero”, recalcó.

Bajo el acuerdo anunciado en El Cairo, el gobierno sirio prometió retirar a sus tropas de todos escenarios de protestas en el país, liberar a prisioneros y entablar un diálogo nacional con la oposición, aunque no ha especificado un calendario o vía para hacerlo.