Por lo menos 43 individuos fueron capturados por el delito de pornografía infantil. Durante la investigación localizaron miles de imágenes en donde 140 víctimas fueron identificadas.

Un conejo de peluche propició una de las redadas más importantes contra este crimen. Los investigadores identificaron el muñeco en una imagen donde se observa a un bebé medio desnudo, de año y medio de edad.

La fotografía sirvió para rastrear y localizar al autor de la foto en Amsterdam.

A partir de entonces, la policía detuvo uno tras otro de los hombres acusados de pederastia por intercambiar fotografías explícitas de agresiones e, incluso, conversar en línea sobre secuestrar, cocinar y comer niños.

Robert Diduca, gerente de un hotel Sheraton en Massachusetts, envió la fotografía de un niño holandés a un agente federal encubierto en Boston. El pederasta creyó que le mandaba la foto a otro miembro del grupo.

Y es que, durante más de dos años, en Estados Unidos buscaban desmantelar una red transatlántica de pedófilos que operaban en más de siete países, entre ellos México, Holanda y Estados Unidos.