Un magistrado del Vaticano ordenó el lunes que el ex mayordomo del Papa Benedicto XVI vaya a juicio acusado de robo agravado por filtrar documentos que denunciaban corrupción en el Vaticano.
En un documento de 35 páginas sobre el caso que sacudió la Santa Sede desde la detención de Paolo Gabriele en mayo pasado, el Vaticano acusó también a un experto en informática que trabajaba en la burocracia vaticana de estar implicado en el caso, en la primera mención que se hace a un segundo acusado.
El nuevo sospechoso, identificado como Claudio Sciarpelletti, también ha recibido orden de ir a juicio acusado de colaborar y complicidad en un delito.
El Vaticano dijo que no está claro cuándo se celebrará el juicio, pero que no será antes de finales de septiembre.
El portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, dijo que el Papa podría intervenir en cualquier momento como jefe de Estado del Vaticano para detener el juicio o indultar a Gabriele. Pero señaló que no sabía si el pontífice lo haría.
Gabriele, que trabajaba en las estancias privadas del pontífice, sirviéndole las comidas y ayudándolo a vestirse, podría enfrentar hasta seis años de cárcel si es condenado, dentro de las leyes de la Santa Sede.
Según el documento oficial, Gabriele dijo a los investigadores que había actuado porque veía "maldad y corrupción en todas partes en la Iglesia" y quería ayudar a arrancarla "porque el Papa no estaba lo bastante informado".
En una sección que se refería al estado mental de Gabriele, dijo a los investigadores que tras haber empezado a copiar y filtrar documentos, "llegué a un punto en el que no había vuelta atrás y ya no podía controlarme".
"Estoy seguro de que una fuerte impresión, quizás usando a los medios, sería algo sano para intentar a devolver a la Iglesia al buen camino", añadió.
La orden legal también revela que en la casa de Gabriele se encontraron un cheque dirigido al Papa de 100,000 euros, una pepita de oro y un libro del siglo XVI, objetos que el mayordomo dijo tener intención de devolver.
Los documentos filtrados este año denunciaban corrupción en las relaciones del Vaticano con empresas italianas, incluyendo el pago de precios inflados por servicios, y detallaba las rivalidades entre cardenales y enfrentamientos sobre la gestión del banco Vaticano.