La guerra contra las drogas y la guerra contra el terror “se han convertido en una misma empresa”, afirma la Plataforma Electoral republicana al dirigir un “especial saludo a nuestros aliados”, los pueblos de México y Colombia.

El documento propone lo que definió como  “un unificado esfuerzo contra el crimen y el terrorismo, coordinar inteligencia y cumplimiento entre nuestros aliados regionales, así como el entrenamiento de militar a militar y compartir inteligencia con México, cuyo pueblo lleva el peso del salvaje asalto de los cárteles”.

En ese marco, al participar la noche del miércoles en la Convención Nacional Republicana, la ex secretaria de Estado Condoleezza Rice defendió la premisa de la “excepcionalidad estadunidense” así como la importancia de un comercio “libre y justo” que permita incrementar exportaciones y la influencia del país.

Y en ese sentido recordó por ejemplo  que en los últimos años China concluyó 15 acuerdos de libre comercio y negocia 20 más, Estados Unidos “hemos ratificado tres”.

La Plataforma Electoral republicana, aprobada el martes y de acuerdo con algunos olvidada casi de inmediato, declaró que “somos el partido de la paz a través de la fuerza” y de la idea de que Estados Unidos tiene un papel “único” en la historia del mundo.

Rice aseguró que la fortaleza militar estadunidense estará asegurada con el ahora candidato presidencial republicano Mitt Romney y su compañero de fórmula, Paul Ryan.

“Ellos –afirmó– entienden bien la realidad de que nuestro liderazgo internacional y nuestro bienestar doméstico se encuentran inextrincablemente ligados” y es en ese sentido que Estados Unidos debe tener la confianza de amigos y aliados.

El discurso de Rice bien podría ser ubicado en el marco de la teoría del “excepcionalismo estadunidense”, que ella defiende y sostuvo durante su periodo como Secretaria de Estado en el segundo mandato del presidente George W. Bush (2005-2009).

La ex funcionaria, ahora académica, no tocó puntos mexicanos en su discurso del miércoles, pero en un reciente artículo señaló que “México necesita atención a lo ancho de una amplia agenda que incluye el devastador reto de seguridad que nos amenaza a ambos, México y Estados Unidos”.

Rice reiteró su opinión sobre la necesidad de una política migratoria que proteja las fronteras estadunidenses, aunque en un artículo publicado por The Financial Times en julio pasado, había precisado que la historia estadunidense ha sido una de oportunidades a gente que ha migrado de todo el mundo en busca de ellas y que ultimadamente su éxito como país depende de la movilización del potencial humano.

“La ausencia de política migratoria nacional, humana y sostenible amenaza esta gran ventaja”, puntualizó.

  En el mismo texto, Rice indicó que su país “debe perder el miedo” a encabezar este potencial humano y promovió un renovado involucramiento estadunidense con el mundo.

Destacó también que “la fortaleza comienza por casa”, y en ese sentido hizo notar que el liderazgo global “descansa sobre una economía fuerte, basada sobre disciplina fiscal y el robusto crecimiento del sector privado”.

“La ayuda y la política comercial estadunidenses pueden ayudar a que democracias en América Latina tengan una respuesta a dictadores populistas”, indicó por ejemplo, al abogar que su país preste voz a disidentes en Cuba, Venezuela o Nicaragua.

Rice declinó la posibilidad de ser compañera de fórmula de Romney –si se lo hubieran ofrecido– y no retornará al gobierno, pero al igual que otros republicanos favorece una política exterior “muscular” en base a la potencia económica y militar estadunidenses.

Robert Zoellick, ex presidente del Banco Mundial –y se dice– aspirante al puesto de Secretario de Estado en un gobierno Romney, indicó recientemente que es tiempo para una nueva política de fortalecimiento de la economía doméstica y de liderazgo en la noción de integración económica.

Condoleezza Rice fue la única integrante de la administración de George W. Bush en tener un papel visible en esta convención, que ha estado marcada por la ruptura de la campaña de Romney con la era del ex presidente texano.