El Papa Benedicto XVI y el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, analizaron hoy problemas como las drogas, la criminalidad organizada, la migración y la pobreza, durante una audiencia privada en El Vaticano.
El encuentro tuvo lugar en la biblioteca personal del pontífice, ubicada en el segundo piso del Palacio Apostólico de Roma.
El "cara a cara" privado entre los dos duró unos 25 minutos y en el mismo participó un intérprete que tradujo del español al italiano.
Según informó una nota de la sala de prensa de la sede de la Iglesia católica, en las conversaciones se constató la "necesidad de proseguir la colaboración" para resolver los dramas sociales de la pobreza, del narcotráfico, de la criminalidad organizada y de la emigración.
"Se ha hablado también de la importancia de la defensa de la vida humana desde el momento de su concepción", indicó.
El comunicado estableció que durante el coloquio el Papa manifestó "satisfacción por las cordiales relaciones entre la Santa Sede y el Estado guatemalteco, así como aprecio por la contribución particular que ofrece la Iglesia en el desarrollo del país".
Se destacó que ese apoyo se concentra especialmente en sectores como la educación, la promoción de los valores humanos y
espirituales, en actividades sociales y caritativas, como se ha hecho patente durante el reciente terremoto que afectó al pueblo guatemalteco.
Estos mismos temas fueron el centro del diálogo, también privado, entre Pérez Molina y el "número dos" de la Sede Apostólica, el cardenal secretario de Estado Tarcisio Bertone, quien estuvo acompañado por Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados.
El presidente de Guatemala fue el último mandatario del mundo en ser recibido en audiencia oficial por Benedicto XVI antes de que entre en vigor su renuncia al pontificado y deje formalmente de ser Papa, la noche del próximo 28 de febrero.