Al menos un centenar de palestinos, la mayoría civiles y algunos de ellos niños, han muerto en la jornada más sangrienta en la franja de Gaza desde el inicio de la ofensiva israelí el 8 de julio, y en medio de nuevas expectativas de un posible alto al fuego humanitario, que no acaba de llegar.

Durante la pasada noche y al despuntar el alba, la marina de guerra, la aviación y la infantería israelíes han recrudecido los ataques en todo el territorio de la Franja, incluido el centro de la ciudad de Gaza, en respuesta a la muerte de diez soldados el pasado lunes, en el peor revés para sus tropas desde la guerra del Líbano. 

Viviendas, centros de prensa, zonas de cultivo y mezquitas han sido alcanzados por morteros y misiles israelíes, que han causado la muerte de al menos un centenar de personas y heridas de diversa consideración a 500 más. Israel también ha bombardeado la casa del dirigente de Hamás en Gaza y también ha destruido la única planta eléctrica de la Franja, en un nuevo castigo colectivo para una población devastada.

"Desde el inicio de la operación israelí sobre Gaza, al menos 1.230 palestinos han muerto y 6.700 han resultado heridos, dos terceras partes de ellos civiles, incluidos mujeres y niños", ha afirmado el portavoz palestino.

Bombardeos en campos de refugiados

Testigos y fuerzas de seguridad palestinas han notificado que los peores bombardeos fueron contra varias viviendas del campo de refugiados de Al Bureij, en la región central de Gaza, donde han fallecido 17 personas. Entre ellos, murieron el alcalde del vecindario, Anis Abu Shamalah, y varios menores y mujeres.

En otro ataque de blindados israelíes contra una vivienda en el campo de refugiados palestinos de Jabaliya en el noreste de Gaza ciudad, cinco personas han muerto, entre ellas tres niños. 

Sedes de medios relacionados con Hamás, como la televisión de Al Aqsa o las oficinas de sus agencias de noticias, fueron también derribadas, así como varias mezquitas.

Destruida la única planta eléctrica de Gaza

Además, los bombardeos han dañado seriamente a la única central eléctrica de la Franja. Alrededor del 90 % de la población, casi dos millones de personas, permanecen sin electricidad desde medianoche.

Mohamed Al Sharif, director de la central, ha notificado en un comunicado que dos misiles tierra-aire impactaron en los tanques de la estación a las 7 de la mañana, reduciéndolos a cenizas, mientras que el fuego destruyó la turbina principal que genera electricidad. "La planta está destruida", ha dicho.