Es la estrella emergente de Fox News, su programa es líder de audiencia en Estados Unidos en su franja horaria y es la persona que ha provocado que Donald Trump se niegue a acudir al debate republicano que la cadena de noticias conservadora organiza este jueves.

 

 


Se trata de Megyn Kelly, periodista de 44 años, cuyo enfrentamiento con el magnate inmobiliario, a quien hace unos meses señaló por sus comentarios machistas, la ha convertido en la protagonista de la actualidad política estadunidense.
Trump justificó su ausencia en el debate por "el trato injusto y sesgado" que dice haber recibido de Kelly en el pasado.
Los ejecutivos de la cadena Fox News, considerada como la más afín al Partido Republicano, salieron en defensa de Kelly, asegurando que decisión del candidato "no tiene precedentes".
En un comunicado hecho público este miércoles, acusaron a Trump de querer "intimidar" a la presentadora.
De este modo, el magnate, líder en las encuestas entre los aspirantes conservadores, no estará en el último gran evento antes de los caucus de Iowa del próximo lunes, con los arranca el proceso de primarias republicano que debe culminar en unos meses con la elección de un candidato para las elecciones presidenciales del 8 de noviembre.
Pero, ¿por qué Trump, siempre dispuesto a la pelea dialéctica y a aparecer en televisión, se perderá el debate? ¿Cuál fue la disputa que le enfrentó a Megyn Kelly?

"Sangre por los ojos"


La periodista fue una de las moderadoras del primer debate entre candidatos republicanos que organizó la cadena Fox el pasado agosto.
Durante ese evento le realizó una pregunta a Trump que no gustó nada al multimillonario.
Kelly lo interrogó sobre su historial de insultos variados a diversas mujeres, citando algunos como "puercas gordas, zorras y animales repugnantes".
El polémico candidato la acusó entonces de estar en su contra, de ser una "mentirosa" y de estar "sobrevalorada". Y en Twitter reprodujo los mensajes de algunos de sus seguridores que la llamaban "barbie".
"Uno podía ver que (a Kelly) la sangre le salía por los ojos, que le salía por todas partes", dijo Trump después del debate.
Muchos lo consideraron un comentario sexista relacionado con la menstruación, algo que el magnate negó.

"Continuaré haciendo mi trabajo sin miedo y sin favores", respondió ella, que nunca entró a valorar los comentarios hirientes vertidos por Trump.
Fox ya anunció en agosto que Kelly repetiría como una de las moderadoras en el debate de este jueves.
El sábado pasado, Trump volvió a la carga contra la presentadora en Twitter."Debido a su conflicto de intereses y sus preferencias no le deberían permitir ser moderadora del debate", escribió.
Pero de nuevo Fox volvió a respaldar a la que es una de las estrellas de la cadena: no sólo confirmó la presencia de Kelly, sino que se burló de que al candidato a presidente no le gusten las preguntas incómodas.
Trump decidió entonces convertir su amenaza en realidad y desde su campaña anunciaron que no participará en el debate.
"El señor Trump sabe cómo evitar un mal acuerdo. Ellos creen (Fox) que pueden jugar con el señor Trump. Al señor Trump no le gusta jugar", dijo este miércoles en televisión el director de su campaña, Corey Lewandowski.

Rápido ascenso


Aunque Trump trata de minimizar los méritos de Kelly, la periodista está lejos de ser únicamente un rostro bonito.
Llegó a Fox hace más de diez años y fue ascendiendo hasta que en octubre de 2013 empezó a conducir el programa "The Kelly File" en horario nocturno de máxima audiencia.
La presentadora es fiel a la agenda conservadora de Fox y según algunos medios en Estados Unidos, mantiene una muy buena relación con el presidente de la cadena, el influyente Roger Ailes.
También ha sido objeto de la burla de los medios liberales en el pasado, como cuando defendió en su programa que Jesucristo y Santa Claus eran caucásicos y blancos.

Ambición y confianza


La llegada a la televisión de Kelly fue fruto de la ambición y de la misma autoconfianza que derrocha frente a la cámara.
Estudió leyes, pero en 2003 decidió enviar una grabación a diferentes cadenas de televisión hasta que alguien decidió darle una oportunidad.
Convencida conservadora, pronto supo que quería trabajar para Fox.
Ahora es la estrella femenina de la cadena, pese a que el ala más a la derecha la considera una "demócrata encubierta", y es el objeto de deseo de otros canales.
Su perfil y su fama -y posiblemente la audiencia de su programa- no han hecho más que aumentar gracias a su controversia con Trump.