El acuerdo es producto de años de negociaciones de alto nivel entre Estados Unidos y Rusia, que se oponía a la iniciativa.

Los impulsores del proyecto dicen que sienta un precedente que podrá ser tomado en cuenta por numerosos países que intentan proteger sectores oceánicos que no son parte de las aguas territoriales de ninguna nación.

El acuerdo, sellado finalmente en Hobart, Nueva Zelanda, abarca 1,6 millones de kilómetros cuadrados (617.000 millas cuadradas) del mar de Ross, cerca de Nueva Zelanda, de los cuales tres cuartas partes serían una zona de prohibición de pesca.

El pacto fue sellado en una reunión de los 25 miembros de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR, por sus siglas en inglés) en Hobart, Australia, incluidos Estados Unidos, Rusia, China y la Unión Europea.

Las decisiones sobre la pesca en la Antártida requieren el visto bueno de todos los miembros de la Comisión, lo que hasta ahora nunca se había logrado.

Estados Unidos y Nueva Zelanda han estado impulsando esta iniciativa por años. Lanzaron la propuesta formal en el 2012, la cual fue rechazada cinco veces antes de su aprobación el viernes. Ucrania, China y Rusia habían expresado dudas en el pasado. Los dos primeros ya las habían dejado de lado y solo faltaba el visto bueno de los rusos.

Varios países pescan la lucrativa corvina en las aguas que rodean la Antártida.

El ministro de relaciones exteriores neozelandés Murray McCully dijo que el acuerdo tiene algunas concesiones a Rusia, incluidos ajustes a las zonas delimitadas y autorización para pescar en determinados sectores.

De todos modos, aseguró sentirse gratamente sorprendido de que Rusia y Estados Unidos hayan logrado llegar a un acuerdo en medio de tantas tensiones relacionadas con la situación en Siria.

Esto es prueba de que nunca se pueden sacar conclusiones por anticipado, expresó. De vez en cuando tenemos suerte.

Hemos trabajado en esto por años y sufrido muchas decepciones, declaró el delegado estadounidense Evan Bloom, quien dijo sentirse muy feliz de haber llegado a un acuerdo.

El secretario de estado estadounidense John Kerry, por su parte, emitió un comunicado en el que dijo que el pacto protegerá una de las últimas zonas oceánicas vírgenes que quedan en nuestro planeta, donde hay una biodiversidad marina incomparable y florecientes comunidades de pingüinos, focas, ballenas, peces y aves marinas.

Andrea Kavanagh, de The Pew Charitable Trusts, dijo que el medio ambiente llegó a ser una causa muy preciada por el ex jefe de personal del presidente Vladimir Putin Sergei Ivanov

No podríamos estar más felices", manifestó. "Esto es histórico. Nunca se había hecho nada así.

La especialista expresó su esperanza de que el acuerdo sea un primer paso con miras a la creación de una red de reservas marinas que protegerán los océanos.

Ya se están analizando propuestas de crear áreas protegidas en la Antártida Oriental y en el mar de Weddell.

Confiamos en que estas áreas serán protegidas en los próximos años, declaró Mike Walker, de la Antarctic Ocean Alliance.

El acuerdo entrará en vigor en diciembre del 2017 y durará en principio 35 años.