China ha mostrado por primera vez su nuevo avión de combate J-20, un bombardero invisible a los radares, durante una exhibición aérea en Zhuhai (Cantón, costa sur), que alberga una feria aeronáutica que reúne a fabricantes y compradores. Pekín espera que este aparato ayude a que la tecnología militar china pueda competir con la de Estados Unidos y suponga un paso decisivo en la modernización de sus fuerzas armadas.

Dos de los nuevos bombarderos sobrevolaron durante dos pasadas de 60 segundos los cielos de esta ciudad prefectura próxima a Macao durante la denominada Airshow China, entre aplausos de las personas que participaban en el acto de presentación, según relatan las agencias.

El J-20, que los analistas comparan con el Lockheed Martin F-22 Raptor, ha sido desarrollado y fabricado por el grupo industrial Chengdu . "Es claramente un gran paso adelante en las capacidades de combate de China", según explica a la agencia Reuter Bardley Perret, del semanario Aviation Week.

Este avión, segundo caza furtivo de quinta generación que desarrolla China, realizó su vuelo inaugural el 11 de enero de 2011, a modo de desafío durante una visita al país asiático del entonces secretario de Defensa de EE UU, Robert Gates, pero hasta ahora no había sido visto públicamente.

Los expertos dudan de que el J-20 pueda ser observado en tierra por los ejecutivos de las industrias extranjeras presentes en la feria y también que pueda comprobarse la eficacia de sus capacidades de sigilo para pasar desapercibido a los radares.

Además del J-20, está previsto que en la exhibición de Zhuhai, junto con los últimos sistemas de armas chinos, radares y aviones no tripulados, sean presentados el avión estratégico Xian Y-20 y el considerado el avión anfibio más grande ahora en producción, el AG-600. El Y-20 es una aeronave de transporte militar capaz de trasladar hasta 200 toneladas, diseñado para llevar personal o carga a largas distancias, incluso en las condiciones más adversas.