Barack Obama está a unas cuantas semanas de terminar su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos, situación que, por supuesto lo tiene triste, aunque a la vez contento, como ha declarado en diversos medios.
Para Obama este día de elecciones es diferente, ya que su nombre no se encuentra en la boleta electoral, esta vez es Hillary Clinton quien representa al partido demócrata para ocupar la Casa Blanca en la silla presidencial.
Esto por supuesto que hace que el día del presidente sea más relajado, como lo pudieron comprobar varios medios de comunicación hoy por la mañana.
El presidente salió muy temprano de la Casa Blanca hacia un juego privado de basquetbol en Fort McNair, Washington, donde fue captado con un par de tenis.
Esta es una rutina que inició desde su campaña en 2008, donde acudió a varios gimnasios alrededor del país previo a las elecciones. Aunque hubo una excepción, el día que perdió las elecciones primarias en Nueva Hampshire frente a Clinton.
Después del juego, Obama regresó a la Casa Blanca, donde se atavió con un traje y corbata oscuras y se dirigió a la oficina oval para trabajar diferentes asuntos. En el camino envió un mensaje a los ciudadanos a través de los reporteros.
“Vayan a votar, está en sus manos', dijo a uno de los reporteros.
Un reportero le preguntó si estaba nervioso por los resultados de la elección, a lo que Obama respondió.
“Mientras el pueblo estadunidense vote, creo que todos habremos hecho un bien trabajo. Espero que todos hayan votado temprano, y si no, salgan a hacerlo”.
El aún presidente emitió su voto en los primeros días de octubre en la ciudad de Chicago, donde las votaciones comenzaron antes.
Por su parte, el vicepresidente Biden, acudió a las urnas el martes por la mañana en Delaware.
Aumento de aprobación en día de elecciones
Una encuesta determinó que la aprobación del presidente Barack Obama en día de elecciones es una de las más altas en la historia de Estados Unidos, superando a Ronald Reagan en 1988.
El mandato de Obama tiene una aprobación del 52 por ciento al día de hoy, a tan solo unos meses de dejar la silla presidencial y unas cuantas horas de conocer a su sucesor.
En 1988, Reagan contaba con un 51 por ciento; mientras que los porcentajes más altos en la historia son los de Bill Clinton con 57 por ciento en el 2000 y Dwight Eisenhower en 1960 con 58 por ciento.