Las armas de fuego han vuelto a poner de luto a Estados Unidos. Este viernes al borde de la una de la tarde hora local, un hombre ha matado a tiros a cinco personas y herido a otras ocho en una sala de recogida de equipajes del aeropuerto de Fort Lauderdale, Florida, en el Miami metropolitano.
El agresor ha sido identificado como Esteban Santiago, de 26 años y con un hijo, nacido en Nueva Jersey y con pasado militar. De familia puertorriqueña y criado en la isla del Caribe, sirvió seis años en la Guardia Nacional de Puerto Rico y participó alrededor de un año en la misión de Estados Unidos en Irak. Al volver se fue a vivir a Alaska y se enroló en su Guardia Nacional. Al ser detenido llevaba una credencial militar. Testimonios diversos indican que tenía problemas mentales.
Santiago llegó al aeropuerto de Fort Lauderdale procedente de Alaska, tras hacer escala en Minneapolis. Dentro del equipaje que había facturado llevaba un arma de fuego. Al entrar a la terminal dos del aeropuerto, en la zona de equipajes, entró a un baño, supuestamente para cargar el arma, y al salir disparó indiscriminadamente contra pasajeros que esperaban sus maletas.
"Las personas comenzaron a gritar y tratar de salir por cualquier puerta que pudieran o a esconderse bajo los asientos. Él siguió acercándose, disparando al azar", contó un testigo a la cadena MSNBC.
En un vídeo tomado instantes después del suceso se ve a gente en estado de shock. Algunos de pie, otros en el suelo y al menos una persona desplomada con un charco de sangre junto a su cabeza. Un hombre vio cómo Santiago, con aspecto sereno, disparaba en la cabeza a otro y después sintió un golpe en su espalda. Segundos después el asesino era arrestado y él salió hacia el baño a comprobar qué era lo que había notado. Descubrió que a él también le había disparado. Pero no sangraba ni sentía dolor, porque la bala había sido detenida por la computadora que llevaba a la espalda.
Vestido con una camiseta de la película de ciencia ficción Star Wars, Santiago fue detenido casi al momento y puesto a disposición de agentes del FBI. Por el momento no hay ninguna versión oficial de los motivos del ataque, tampoco indicios de terrorismo. El agresor actuó solo y ningún testimonio de lo ocurrido ha referido que exclamara mensaje yihadista alguno.
Según han informado fuentes policiales a The Washington Post, Santiago protagonizó un extraño episodio en Alaska el año pasado. Acudió a la oficina del FBI en la ciudad de Anchorage preso de la paranoia de que el Gobierno federal lo seguía. Dijo que la CIA lo forzaba a ver vídeos del Estado Islámico para controlar su mente. A partir de ahí sólo se sabe que el FBI recomendó a las autoridades de salud locales que prestasen atención psiquiátrica a Esteban Santiago.
El tiroteo provocó instantes de pánico y carreras. Cientos de pasajeros fueron evacuados a las pistas, y dos horas después del tiroteo corrió el rumor de que había otro tiroteo en el aparcamiento de la terminal 2, lo que provocó una nueva fase de tensión con decenas de personas huyendo del lugar alteradas y, poco después, siendo evacuadas por el borde de una línea ferroviaria. Las autoridades informaron poco después de que el rumor era infundado.
En una entrevista con la cadena ABC que se emitirá el domingo, el presidente saliente Barack Obama dijo que se sentía "desconsolado". "Este tipo de tragedias han ocurrido con demasiada frecuencia durante los años en los que he sido presidente".
El presidente electo Donald Trump escribió en Twitter: "Monitoreando el terrible suceso de Florida. Acabo de hablar con el Gobernador Scott. Nuestros pensamientos y plegarias están con ellos". En la misma red social el exsecretario de prensa de la Casa Blanca Ari Fleischer, que estaba allí, alertó: "Estoy en el aeropuerto de Fort Lauderdale. Acaban de disparar. Está todo el mundo corriendo".
El Aeropuerto Internacional Fort Lauderdale-Hollywood, por el que pasan cada día más de 80.000 personas, ha cancelado operaciones hasta nuevo aviso. Según la Administración Federal de Aviación (FAA, siglas en inglés), los aviones programados para aterrizar en el aeropuerto de Fort Lauderdale-Hollywood que estuvieran a más de 80 kilómetros serían desviados a otros aeropuertos.
El estado de Florida, con 20 millones de habitantes, es uno de los estados más permisivos de Estados Unidos para comprar armas y poder llevarlas encima. En junio de 2016, Omar Mateen asesinó a tiros a 49 personas en el club Pulse de Orlando antes de ser abatido.
Desde los atentados del 11-S, las medidas de seguridad en los aeropuertos estadounidenses aumentaron para ejercer un mayor control sobre los pasajeros y evitar atentados similares. En los últimos años, no ha habido incidentes graves en los aeropuertos del país. El último ocurrió en 2013 en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles cuando un hombre mató a tiros a un policía del aeropuerto e hirió a otros antes de ser detenido.