El último fin de semana se registraron al menos tres tiroteos en Estados Unidos con los cuales dejaron un saldo de 31 muertos y decenas de heridos, motivo por el que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó las ciudades de Dayton, Ohio y El Paso, Texas, sitios en los que ocurrieron estos ataques.
Desde que anunció estas visitas, los pobladores habían amenazado con darle una bienvenida hostil, situación que se cumplió, pues miles de visitantes lo recibieron con protestas, pancartas y gritos en su contra.
Medios locales apuntaron que Trump aterrizó en Dayton alrededor de las 11:00 de la mañana (hora local) y fue recibido por las autoridades locales, entre ellas la alcaldesa Nan Whaley.
Al llegar a uno de los sitios en los que ocurrieron estas balaceras, el presidente visitó un hospital de Miami Valley en la ciudad y emitió palabras de aliento para los afectados en estos atentados.
A pesar de las críticas, el mandatario norteamericano aseguró que en estos momentos "fomenta" la unidad.
“Creo que mi retórica une a la gente, a nuestro país le está yendo muy bien”.
Durante su discurso, Donald Trump descartó cambiar la forma en la que hablar de los inmigrantes.
"La inmigración ilegal es una cosa terrible para este país, tenemos a muchísima gente viniendo, están derramándose por nuestro país”.
Finalmente, el presidente de la unión americana evadió de nueva cuenta el tema de la venta y control de armas.