Durante una visita a la frontera entre Estados Unidos y México en Eagle Pass, Texas, el vicepresidente estadounidense, JD Vance, emitió una contundente advertencia sobre la creciente influencia de los cárteles de la droga en México.

Acompañado por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, Vance expresó su preocupación de que, si las autoridades mexicanas no toman medidas decisivas contra estas organizaciones criminales, el país podría transformarse en un "narcoestado", donde los cárteles tendrían más poder que el propio gobierno. 

Estas declaraciones se producen en un contexto de políticas migratorias más estrictas implementadas por la administración del presidente Donald Trump, quien ha priorizado la seguridad fronteriza y ha impuesto aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá.

Trump ha justificado estas medidas argumentando que ambos países no han hecho lo suficiente para frenar la inmigración ilegal y el tráfico de drogas, especialmente el flujo de fentanilo hacia Estados Unidos

Durante su visita, Vance destacó la disminución del 39% en los arrestos por cruces ilegales en enero, atribuyéndolo a la política de "todo el gobierno" de Trump, que exige que todas las agencias federales den prioridad al control fronterizo.

Además, señaló que la crisis fronteriza se ha convertido en una cuestión de inteligencia nacional y defensa, lo que justifica la participación del Departamento de Defensa en la vigilancia de la frontera. 

El vicepresidente también abordó la posibilidad de una intervención militar estadounidense en México para combatir a los cárteles, aunque aclaró que no haría anuncios sobre una invasión y enfatizó que el presidente Trump se encargará de abordar estos temas según lo considere necesario.