​El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha impuesto sanciones a seis individuos y siete empresas acusados de participar en operaciones de lavado de dinero en apoyo al Cártel de Sinaloa.

Esta acción, coordinada con diversas agencias policiales de Estados Unidos y México, busca interrumpir el flujo financiero hacia esta organización, señalada como responsable de una parte significativa del tráfico de fentanilo y otras drogas ilícitas hacia territorio estadounidense. 

Entre los sancionados se encuentra un miembro de alto rango del cártel, así como personas acusadas de facilitar la transferencia y lavado de dinero entre Estados Unidos y México.

Las sanciones también afectan a empresas presuntamente utilizadas como fachadas para estas operaciones ilícitas. Como resultado, todas las propiedades e intereses en propiedades de estas personas y entidades que se encuentren en Estados Unidos o bajo el control de ciudadanos estadounidenses serán bloqueadas. 

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, calificó el lavado de dinero como "el elemento vital" de las operaciones del Cártel de Sinaloa y afirmó que el Departamento utilizará todas las herramientas disponibles para perseguir a quienes asistan a los cárteles en su campaña de crimen y violencia. 

Esta medida se produce después de que, en febrero, el Departamento de Estado de Estados Unidos designara al Cártel de Sinaloa como una organización terrorista extranjera, en línea con la promesa del presidente Donald Trump de combatir el tráfico de drogas entre Estados Unidos y México.

Estas acciones reflejan la creciente presión de las autoridades estadounidenses sobre las estructuras financieras de los cárteles mexicanos, en un esfuerzo por desmantelar sus operaciones y reducir el flujo de drogas ilícitas hacia Estados Unidos.