En la restauración de un edificio la tecnología debe propiciar su conservación sin dañar la estructura original, con la finalidad de preservar su legado histórico, afirmó Moisés Morales Arizmendi, académico de la Facultad de Arquitectura de la UAP.

Al participar en el Foro Latinoamericano “La Tecnología en la Arquitectura: Experiencias y Retos” que realizó esta Unidad Académica, aclaró que hablar de tecnología es hacer un uso adecuado de materiales, procesos constructivos, formas de comercialización y recursos humanos; “hay un abanico bastante amplio para elegir lo que es mejor”.

En su conferencia La Tecnología de la Restauración en un Monumento Patrimonio de la Humanidad: Biblioteca Palafoxiana, recordó que ésta fue creada en 1646 tras la donación del acervo bibliográfico personal del obispo Juan de Palafox y Mendoza compuesta por cinco mil volúmenes, una buena parte de medicina y religión que sirvieron de consulta no sólo a estudiantes.

Explico que en  el año 2003,  con el “Proyecto Biblioteca Palafoxiana Tercer Milenio”, comenzó la divulgación del acervo Palafoxiano y con ello el proceso de reconocimiento y apropiación de la sociedad de este valioso patrimonio.

En 2005 fue declarada por la UNESCO parte del Programa Memoria del Mundo y en 2009 se realizó su restauración.

Al hablar de ésta última el académico  de la BUAP, quien encabezó la renovación, comentó que el principal problema que se detectó en el inmueble fue que no tenía una atmósfera propicia para la conservación de los libros antiguos, presentaba humedad ambiental y se veía afectada por la filtración de los gases de los vehículos que transitan por el Centro Histórico, en especial el trióxido de azufre.     

Además, se apreció un deterioro químico en los ejemplares, así como grietas que causaban la filtración de agua, entre otros factores.

Para contrarrestar estos inconvenientes, Morales Arizmendi indicó que la primera propuesta fue retirar la alfombra y recuperar el piso de barro rústico del recinto, porque ésta causaba el desmoronamiento del suelo.

“Se mandaron a elaborar piezas de barro en la misma forma y color para sustituir a las dañadas, se lavó el piso con agua y jabón neutro, después se ocuparon selladores biodegradables”, igualmente, agregó,  se restauraron los libreros, la puerta principal, el techo, repararon todas las grietas y  balcones, y en la vidriería se coloraron filtros ultravioleta.

Con ayuda de imágenes mostró el antes y después de la restauración del inmueble,  donde los asistentes apreciaron la utilización de diferentes estrategias de tecnología.