La inhabilitación al juez Baltasar Garzón de la carrera judicial, por el delito de prevaricación al investigar el caso “Gürtel”, fue definida como justa por una parte de la prensa española, mientras otra la considera una decisión incorrecta.

El Tribunal Supremo sentenció la víspera a Garzón con 11 años de inhabilitación y la pérdida de su cargo en la carrera judicial, en un fallo adoptado por unanimidad de los siete magistrados que lo juzgaron.

Garzón fue el primer juez que en 2009 comenzó a investigar la trama “Gürtel” de empresarios y políticos del Partido Popular (PP) que generaron favores, influencias y contratos irregulares a cambio de presuntos sobornos.

Algunos de los acusados y sus abogados denunciaron que la intervención a sus comunicaciones fue ilegal, ya que la legislación sólo prevé eso para delitos de terrorismo y crimen organizado, lo que el Tribunal Supremo dio como válido para inhabilitar a Garzón.

En su sentencia, el Tribunal asegura que Garzón “violó el derecho de defensa de esos acusados y abogados”, y que utilizó “prácticas de régimen totalitarios”.

Garzón ya anunció que impugnará a las instancias internacionales en las que puede defenderse de esta sanción y “paliar el perjuicio irreparables que los autores de esta sentencia han cometido”.

El diario El País consideró que dar como buenos tales argumentos sería implicar también a la Fiscalía que siempre defendió a Garzón al ver complicidad entre tales acusados y abogados en acciones en la trama de corrupción que se investigaba.

Lamentó que ha prevalecido la hipótesis “más desbaratada, absurda e incluso ofensiva”: “que buscó desbaratar las estrategias de defensa” hasta el punto de colocar “el proceso penal español al nivel de los sistemas totalitarios”.

“Pero era la que servía para alcanzar el objetivo buscado: anular a Garzón como juez”, refirió.

Por su parte, el diario ABC consideró que la condena impuesta por la Sala Segunda del Tribunal Supremo a Baltasar Garzón es la consecuencia de una forma temeraria y arrogante de ejercer la función jurisdiccional.

“Garzón ha sido víctima de sí mismo, no de una trama de corruptos, ni de un franquismo redivivo ni de una red de jueces franquistas. Nadie en su sano juicio puede afirmar esto último”, anotó.

Señaló que hay que reconocer al Tribunal Supremo la capacidad que ha tenido para resistir la más feroz campaña de desprestigio nunca antes conocida en España contra un órgano judicial.

Esto, añadió, con episodios internacionales incluso, bien expresivos de la supina ignorancia sobre quién es y qué ha hecho realmente Garzón.

El diario El Mundo aseguró que la sentencia es “devastadora” y “demoledora” a los alegatos de Garzón por su actuación de la que según el Tribunal “no hay precedentes”.

Recalcó que el fallo tiene “sólida fundamentación de rigor jurídico y sin divisiones ideológicas de los magistrados” de los siete magistrados del Tribunal Supremo.

Agregó que “es una vergüenza” para el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), y para todos aquellos que defienden a Garzón, y también para la Fiscalía a la que señaló de “haber actuado en el proceso como parapeto del juez”.