Señaló que existen acciones permanentes para detectar ambos cánceres: la primera se dirige a mujeres mayores de 50 a 79 años, para detectar en una etapa temprana alguna señal de cáncer de mama; para el segundo es necesario someterse al examen de papanicolaou o la toma de híbridos.
Se realizan entre 200 y 250 estudios de manera mensual, de los cuales uno por ciento de pacientes resultan con sospechas de cáncer, a quienes se les envía a la ciudad de Puebla al área de oncología.
Mencionó que la Secretaría de Salud (Ssa) envía brigadas a las zonas más alejadas de la Sierra Negra, pues el objetivo es detectar los casos “sospechosos” y así dar un tratamiento adecuado.
Respecto a las vacunas que se aplicaron hace poco más un año a las niñas mayores de 9 años contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), aclaró que no son un método para erradicar de manera específica el cáncer cervicouterino, sino que es preventivo.
Dijo que la vacuna es específica para el VPH, que es uno de los factores que predispone al cáncer cervicouterino, además del tabaquismo a temprana edad, infecciones vaginales crónicas, la promiscuidad sexual, entre muchos otros.
En cuanto a las muertes que se han presentado por algún tipo de cáncer en las mujeres, ya sea cervicouterino o de mama, señaló que por lo general “las pacientes mueren por complicaciones cuando el cáncer cervicouterino llega a una fase cuatro, donde se sale de la zona de la pelvis, afectando el hígado, riñones, huesos y cerebro. Son pacientes que quedan fuera de cualquier tratamiento quirúrgico u oncológico.”
Finalmente, aseveró que no hay un municipio que pueda considerarse como un “foco rojo” en cuanto a estos tipos de cáncer, pues el padecimiento es general.