Sabía usted qué uno de los “focos rojos” que le advierte que un niño, adolescente y preadolescente está en riesgo de que atente contra su propia vida (suicidio) son las autolesiones, seguido de una conducta depresiva, dio a conocer la directora del Centro de Integración Juvenil (CIJ), Norma Notario Guevara.
De acuerdo con la directora del CIJ las personas que se autolesionan como cortarse las muñecas, piernas, brazos o cualquier parte del cuerpo, sienten el placer de hacerlo, acción que ayuda a canalizar el dolor emocional que tienen; “las autolesiones pueden ser el inicio de un detonante que se visualiza como un problema de tendencia suicida”.
Expuso también que muchas veces los padres de familia no se dan cuenta de las heridas que se causan sus hijos debido a que éstos las ocultan usando playeras, camisas de manga larga y pulseras, entre otras prendas o artículos que impidan apreciar a simple vista las lesiones.
Por lo regular, agregó, los niños y adolescentes no usan shorts en actividades deportivas debido a que las lesiones pueden ser visibles para el docente, padres o compañeros de clase que pudieran delatarlo.
Notario Guevara especificó que las autolesiones no siempre son cortaduras, sino que el individuo puede golpear la pared u objetos duros ocasionándose un daño; estas acciones o comportamiento son como consecuencia de no controlar la ira, o bien como manifestación de la soledad.
Dijo que en Tehuacán el problema de suicidios en adolescentes es debido al poco involucramiento de los padres a sus hijos, el desinterés por conocer sus emociones, las situaciones que están viviendo, hacerse amigos de sus hijos y encontrar juntos una solución; o bien, enviarlos a consulta terapéutica a tiempo porque no es fácil para los adolescentes enfrentar los problemas en esa etapa de la vida.
“El CIJ ofrece un taller de autoestima, el cual ayuda al niño o joven a desarrollar cariño, amor y respeto hacia su persona; para los padres de familia se imparten talleres contra la depresión, donde aprenden a detectar a temprana edad los factores de riesgo que llegaran a presentar ellos mismos o sus hijos y que en su mayoría son ignorados; lo destacable de estos talleres es que todo se aprende desde el seno familiar.
”Para un adulto es una tontería cuando el adolescente dice que se quiere morir porque acaba de terminar con el novio, ya que el adulto ha aprendido a afrontar la vida. Para un joven perder el amor en esta etapa difícil cae en depresión que puede encaminarlo al suicidio; el problema es que si los adultos lo minimizan pueden perderlo de vista y no prevenir a tiempo un desenlace fatal; por eso la importancia del acompañamiento, de los problemas emocionales, las pérdidas de amistades o de pareja”, explicó.
Las estadísticas
La directora del CIJ informó que a inicios de este año atendieron cuatro casos de preadolescentes, niños de 10 años de edad y actualmente se están atendiendo tres casos en adolescentes, dos mujeres y un hombre; de los cuales, una de 19 años y el joven de 17 años han tenido dos intentos de suicidio con medicamentos antidepresivos que encontraron en casa.
Dijo que por lo general los adolescentes tienden al suicidio porque se sienten que los padres no los quieren o no son importantes para ellos; de igual forma cuando no cuentan con el apoyo de los hermanos se sienten abandonados y estos contextos pueden ser el inicio de la detección de conductas depresivas que se van manifestando no de la noche a la mañana, sino como un mínimo de seis meses.
Finalmente, el llamado del CIJ para los padres de familia es ver hacia dentro del hogar, empezar a detectar emociones —depresión, melancolía, tener ideas del intento de suicido, violencia, ser retraído, etcétera— y si no saben, lo más prudente es que busquen ayuda en las instituciones.