Después de poco más de 13 meses de que alumnos y maestros —del turno matutino y vespertino— de la escuela primaria José María Morelos y Pavón, en el municipio de Amozoc, iniciaran el proceso ante el gobierno estatal para la evaluación del inmueble que fue severamente dañado por los sismos registrados durante los meses de marzo y abril de 2011, seguido del sismo de 6.8 de escala Richter en el mes de diciembre del mismo año, el ayuntamiento que preside Rosa Elva de Ita Marín inició los trabajos para la construcción de 9 aulas, cuya inversión asciende a más de 1.9 millones de pesos.

Luego de un tedioso proceso para que el Comité Administrador Poblano para la Construcción de Espacios Educativos (CAPCEE) acudiera a levantar los respectivos diagnósticos en la escuela primaria José María Morelos y Pavón en Amozoc, y determinará —después de casi 8 meses— que el inmueble ponía en riesgo a más de 250 alumnos inicialmente, seguido de las gestiones que llevaron a cabo el comité de padres de familia y el director del turno matutino, José Luis Hernández Ramos, ante ambos gobiernos para la construcción de 9 aulas, la alcaldesa —en conjunto con los regidores de cabildo— determinaron que la inversión la realizarían con recursos económicos de las participaciones que reciben.

“En un inicio se pretendía que la construcción de las 9 aulas se hiciera bajo el programa peso a peso del gobierno estatal; sin embargo, implicaba más tiempo y más dinero, es por ello que en sesión de cabildo se decide que la obra sea realizada con recursos económicos de las participaciones que se reciben”, expuso De Ita Marín tras informar que el monto de la inversión asciende a un millón 939 mil 639.61 pesos.

La primera regidora del ayuntamiento destacó que la demolición corrió a cargo de los padres de familia del plantel educativo, a través del Comité Pro Construcción de la misma institución, con quienes se acordó sumar esfuerzos para que más de mil alumnos puedan tener un espacio digno y seguro para tomar sus clases. Cabe precisar que los sismos en el mes de marzo y abril de 2011 afectaron inicialmente cinco salones —de la zona A— en donde estudian poco más de 250 alumnos; posteriormente, se presentó un nuevo movimiento telúrico en el mes de diciembre del mismo año que provoca que otros cuatro salones —de la zona B— y otras áreas resultaran con grietas y hundimientos, convirtiéndose en una bomba de tiempo que ponía en riesgo la vida de más de mil estudiantes de diversos grados.