En la visita, el mandatario estuvo acompañado por su esposa, Margarita Zavala; el Secretario Particular de la Presidencia, Tarcisio Rodríguez Martínez; el Director General del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Enrique Villa Rivera; el Director General del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, Alberto Carramiñana Alonso; y el Director e Investigador Principal del Gran Telescopio Milimétrico, David H. Hughes.
Le acompañaron, también, el gobernador del estado de Puebla, Rafael Moreno Valle; el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso de Puebla, Edgar Jesús Salomón Escorza; el presidente del Tribunal Superior de Justicia local, David López Muñoz; y el presidente Municipal de Atzitzintla, Arturo de Rosas Cuevas.
El Gran Telescopio Milimétrico está formado por una superficie parabólica que capta radiaciones provenientes del espacio en el rango de 350 a 75 GHz, que corresponden a longitudes de onda de 0.85 a cuatro milímetros, de ahí el nombre de milimétrico.
Con este telescopio, los astrofísicos podrán estudiar los fenómenos físicos asociados con el origen del Universo. Captará, también, la radiación milimétrica que se emite en las regiones frías de la Vía Láctea, como las nubes moleculares y las regiones de nacimiento de las estrellas y de los planetas.
La información que se genere con la operación del Gran Telescopio Milimétrico será única durante los próximos años. De hecho, ha tenido ya sus primeros éxitos al efectuar, el 1 de junio de 2011, las primeras observaciones y detecciones de gas molecular, la materia prima para la formación de las nuevas generaciones de estrellas tanto en el Universo cercano como en el distante.
Este proyecto binacional, que se llevó a cabo en colaboración con la Universidad de Massachusetts Amherst (UMASS) y que está bajo la responsabilidad del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, es el Telescopio Milimétrico más grande y preciso del mundo en su tipo.
Recibió, también, el apoyo del Gobierno Federal, estatal y municipal y, especialmente, la visión de su principal impulsor: el doctor Alfonso Serrano Pérez Grovas.
Empresas mexicanas participaron en la construcción del 85 por ciento de la totalidad del telescopio y enfrentaron desafíos técnicos que requirieron -para su resolución- la formación de posgraduados con nuevas competencias en los campos de la electrónica, la óptica, los sistemas de control e instrumentación, la criogenia, así como en áreas críticas para la astronomía milimétrica moderna