Literato y artista plástico, José Enrique Parker Salomón falleció el pasado 17 de octubre a las 7:00 horas en la ciudad de Puebla; familiares y amigos lo acompañaron en su regreso a Zacatlán, donde había vivido gran parte de su vida y dejado un legado cultural en la región.
Parker Salomón estudio en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, fue becado por la Universidad Nacional Autónoma de México por haber obtenido las más altas calificaciones en el estudio de su carrera de Diseñador Publicitario, además colaboró con las principales agencias de publicidad de México. Su destino lo conduce a la ciudad de Zacatlán, en Puebla, donde fundó con otros maestros de la localidad la Escuela Normal Benito Juárez en 1961, en la que impartió la cátedra de Artes Plásticas. 

En 1964 viajó contratado como director de arte a un consorcio publicitario de Puerto Rico, con filiales en República Dominicana, Miami y México; y tras la invitación de la Secretaría de Educación Pública, en 1967 participó en la primera exposición colectiva muralista representando a Zacatlán, donde obtiene el primer lugar. José E. Parker fue fundador del Centro Escolar Presidente Guadalupe Victoria de Chignahuapan y desde hace más de 30 años se desempañaba como catedrático en el Centro Escolar Presidente Juan N. Méndez de Zacatlán. 

Cabe destacar que José E. Parker fue periodista y cultivó la narrativa, obteniendo en el año de 1986 un premio nacional. Además, compartió gran parte de su obra en diferentes lugares de la República mexicana. En Puebla se presentó hace algunos años en el vestíbulo del Teatro de la Ciudad bajo el auspicio del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP); en este evento, el artista reunió gran parte de sus grabados, elaborados con diversas técnicas y acompañados de textos literarios de su autoría como “Los cuentos de Parker”.

José Parker fue un hombre sensible, apasionado por las artes, comprometido con su gente, gran precursor de la cultura y las artes en le bella ciudad de Zacatlán, crítico y pensador que hoy deja una huella imborrable en aquellos que lo conocieron y tuvieron la fortuna de compartir una café, deleitándose con sus memorias y anécdotas. Hoy, familiares, amigos, alumnos, colegas y zacatecos se unieron a la pena que embarga a la familia del artista, quienes le acompañaron el día de ayer a su última morada.