San Andrés Cholula, entre el Grito, el baile y las protestas
Jorge Castillo
“Las Cholulas no se venden, se defienden”, “Fin al mal gobierno”, “Unidos en contra de la expropiación”, le dicen al presidente municipal Leo Paisano
La noche del Grito del 15 de Septiembre en San Andrés Cholula fue muy distinta en muchos años, por primera vez decenas de concurrentes cambiaron las serpentinas, matracas y banderas por pancartas contra los gobiernos estatal y municipal. Las protestas invadieron las fiestas patrias en este municipio, por las expropiaciones de terrenos alrededor de la Gran Pirámide, para un proyecto de un parque que es repudiado desde hace varias semanas. “Las Cholulas no se venden, se defienden”; “Fin al mal gobierno”; Unidos en contra de la expropiación”; “Que chula es Cholula, así como está”; “Unidos rescatamos nuestras costumbres”, fueron algunas de las leyendas. El zócalo del lugar fue dividido en tres: el de las autoridades tras los muros del palacio municipal y vallas alrededor del edificio; el de los fiesteros, quienes lo único que querían era comer, tomar y bailar, y en tercer plano los manifestantes, los que invadieron la zona sin un solo grito. Hubo una cuarta división, el de la policía municipal, quienes montaron un muy discreto operativo, pero siempre vigilante de los manifestantes, listos con tres caballos y tres perros policías que ladraban sin cesar encerrados en sus jaulas. Desde lejos, el presidente municipal Leoncio Paisano no sólo prefirió voltear su mirada hacia el cielo para ver los pocos fuegos pirotécnicos e ignorar olímpicamente a los manifestantes, sino también a la prensa. El edil, quien ha huido estos últimos días de los medios de comunicación para dar buna postura, prefirió solo dar una entrevista a Televisión Azteca, con la consigna o convenio de solo hablar de “los bonito” de las fiestas patrias. Entre verbena, grito y protesta La verbena popular inició desde temprana hora en el primer cuadro del municipio cholulteca, apenas a unas cuantas calles de la zona de expropiaciones. El zócalo, en que se han realizado diversas protestas en las últimas semanas, ahora sirvió de sede para una verbena popular, donde lo mismo se podía degustar unas buenas chalupas, como pambazos, pozoles, hasta cervezas y diversas bebidas alcohólicas que se vendían al por mayor. En los alrededores estaba lista la llamada “policía montada”, en tres caballos observando a todo el que ingresaba al zócalo, mientras que en la batea de una patrulla municipal se tenían listos a tres perros, encerrados en sus jaulas, los que no dejaban de ladrar a todo el que pasaba. Fue así como poco a poco y de manera muy discreta fueron ingresando los manifestantes con decenas de pancartas ocultas, en algunos casos entre sus ropas. Incluso minutos antes de iniciarse la ceremonia del Grito, algunas de las autoridades municipales, junto con Leoncio Paisano, ya festejaban con grandes risas que no habría protesta en su contra. En punto de las 10:30 de la noche, el edil de extracción panista inició con la ceremonia dando el primer grito de “Vivan los héroes de Independencia”, al mismo tiempo, como con cronometro, salieron de entre la gente decenas de pancartas. Las risas desaparecieron. Los manifestantes no hicieron grito alguno, sólo se limitaron a mostrar su inconformidad de manera silenciosa con leyendas en sus cartulinas, mientras Leoncio Paisano seguía con la arenga tradicional recordando a los héroes de la Independencia de México. Para el último grito de “Viva México”, ya la explanada del zócalo estaba inundada de pancartas portadas por jóvenes, adultos mayores y hasta niños, pero el edil y sus acompañantes las ignoraron por completo distrayendo su mirada hacia los fuegos pirotécnicos. La protesta no terminó ahí, sino que continuó por más de una hora más con caminatas en fila india mostrando a la escasa gente que asistió a la fiesta amenizada por grupos musicales. Todo a pesar de que el edil se encerró a piedra y lodo en su bunker municipal, una especie de “ni los veo, ni los oigo”. Ni siquiera los trabajadores del ayuntamiento, a quienes hicieron trabajar en la noche mexicana, pudieron ingresar al edificio para poder checar sus salidas, fue imposible interrumpir la reunión privada del edil. Los únicos que pudieron pasar fueron los reporteros de Televisión Azteca, quienes tenían pactada una entrevista con el edil, pero solo con la condición de hablar de los festejos y lo erogado por el ayuntamiento para la fiesta. En tanto, la manifestación, siempre vigilada muy de cerca por policías municipales, pasó allegándose de seguidores cada vez que les explicaban la situación que vivía el municipio por las expropiaciones. Para cerca de la medianoche, ya había más manifestantes que bailadores en el zócalo, lo que incluso molestó al grupo musical, quienes sin el contexto de la situación, pidieron un abucheo a los manifestantes, lo que generó molestia en lugar de apoyo. Finalmente, cubiertos entre la penumbra de la noche, fueron saliendo cada uno de los invitados del presidente por la puerta de atrás, para no mezclarse entre los concurrentes, tras las vallas que han dividido a Cholula desde hace varias semanas y no sólo en la noche del Grito. Las protestas Desde hace varias semanas, las protestas han arreciado contra el ayuntamiento cholulteca desde que expropió terrenos aledaños a la pirámide con fama internacional para la creación de un parque llamado como de las Siete Culturas. La mayor molestia es que Leoncio Paisano había no sólo prometido, sino hasta firmado, junto con todos sus regidores, que iba a echar atrás el proyecto, pero simplemente no cumplió ante un regaño desde Casa Puebla. Desde entonces el edil se ha resguardado tras los muros del ayuntamiento, tal como lo hizo la noche de este 15 de septiembre, y no ha dado postura del problema a diferencia de su homologo de San Pedro Cholula, José Juan Hernández, quien detuvo el proyecto apenas el fin de semana pasado. Según la información oficial, el parque contará con plazas, fuentes, espejos de agua, áreas para comercios y puestos de comida, así como un teatro al aire libre y canchas deportivas, entre otros atractivos. Las expropiaciones de los municipios han sido contra los propietarios de las 21 hectáreas que circundan la pirámide en los municipios de San Andrés y San Pedro Cholula, aunque se encuentran detenidas por dos suspensiones provisionales concedidas por jueces federales a los vecinos inconformes. Además, el gobierno de Puebla expropió el edificio del exhospital psiquiátrico, conocido como El Batán, el que fue regresado a religiosos de la orden de San Juan de Dios o Juaninos, quienes promovieron un amparo y obtuvieron la suspensión definitiva. Aunque el gobernador asegura que el inmueble servirá para “dignificar” el museo de sitio, los habitantes insisten en que existe el proyecto de aprovechar las más de dos hectáreas que abarca la construcción para dar paso a un hotel de lujo. La exigencia Especialistas y trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) alertaron que la situación en Cholula generaría un estallido social, debido al proyecto del gobernador Rafael Moreno Valle, de construir el parque a orillas de la pirámide. En la víspera, los empleados sindicalizados de la dependencia federal publicaron un desplegado a nivel nacional, donde señalaron que el proyecto viola la Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos y atenta contra los derechos humanos de los habitantes de Cholula. “Se supone que será un parque temático, que conforme a las palabras del gobernador poblano ‘dignificará la zona, atraerá turistas y generará riqueza’. Así entonces, ¿no son dignas las actividades agrícolas y comerciales que se llevan a cabo en el lugar ¿No son importantes los actos de socialización y praxis religiosa que se realizan en esa área? ¿Por qué siete culturas?”, señalaron. Advirtieron una vez más que la creación del parque no fue consultada con la ciudadanía y, por si fuera poco, se contrapone con las costumbres culturales de los cholultecas, por lo que la insistencia en imponerlo podría generar un estallido social. Por lo tanto, exigen a la directora general de la dependencia, María Teresa Franco, que el instituto no sea “cómplice” en ese proyecto y cumpla con la misión para la que fue creado, de proteger el patrimonio cultural, histórico y artístico del país. “La zona arqueológica de Cholula es objeto de conservación para la realización de investigaciones, por lo que en su momento deberá incorporarse al conocimiento y difusión de su espacio prehispánico y social de uso actual”, señalan en el desplegado. El desplegado fue firmado por los profesores investigadores del INAH agrupados en la delegación DIIIA1 y sección 10 del SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación). “Actuar en consecuencia para evitar un grave atentado a la cultura nacional al estar obligado a cumplir y hacer cumplir la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos ”No basta con autorizar o prohibir construcciones, porque su competencia es la investigación, divulgación y salvaguarda de los fenómenos culturales de los mexicanos”, señalan.