Terrenos cercanos al río San Bartolo situados en el fraccionamiento Bosques de Cuauhyocan, ubicado en la localidad de Casa Blanca perteneciente al municipio de Amozoc, pretenden fraccionarlos para su venta, esto pese a las restricciones de la Ley Nacional de Aguas (LNA) de la Conagua y que en los últimos años, se ha registrado barrancadas afectando a varias viviendas que se localizan en la parte baja del lugar y cercanos al cauce.
En un recorrido realizado por Intolerancia Diario en el fraccionamiento Bosques de Cuauhyocan localizado en el municipio de Amozoc, vecinos del lugar acusaron que más de 13 mil metros cuadrados cercanos al río San Bartolo buscan ser fraccionados para la construcción y venta de más de 80 casas, pese a que dichos terrenos se ubican a un metro del cauce que atraviesa el lugar.
Tenemos conocimiento que el terreno fue vendido presuntamente a José Luis Cortés y señalan que ya obtuvieron los permisos por parte de las autoridades de gobierno para fraccionar y construir más de 80 casas, cada una señalan que será de 120 metros cuadrados; sin embargo, aquí no contamos con drenaje sanitario, cada casa cuenta con fosas sépticas y se prevé que tras la edificación de estas viviendas, los desechos vayan a parar al río San Bartolo contaminándolo más de lo que está”, denunció una vecina del lugar quien solicitó el anonimato por temor a represalias por parte del actual propietario del terreno.
De los riesgos
De acuerdo a la denunciante, tras el cambio climático y la constante contaminación del Río San Bartolo, las precipitaciones han agravado la situación de la zona, pues se han registrado barrancadas que han inundado algunas viviendas situadas en la parte baja y a escasos cinco metros del cauce. Además, por su cercanía al río y lo angosto del terreno, descartan que se construyan fosas sépticas ante la ausencia del drenaje sanitario en el lugar y las aguas negras sean vertidas en el de por sí contaminado Río San Bartolo.
“A lo largo del cauce del río, le han quitado terreno, ampliaron la zona y colocaron llantas a modo de muro para la construcción de viviendas. Lo grave es que el agua ha ido erosionando el suelo pues la corriente siempre buscará su cauce natural, poniendo en riesgo no solo el patrimonio de las familias, sino también sus vidas”.
Durante el recorrido de esta casa editora, se constató que las casas que están construidas cerca del río San Bartolo, se han visto afectadas pues tras el cambio del cauce natural hecho por el empresario José Miguel Gómez de Alvear Díaz de Rivera, la afluente ha ido erosionando el subsuelo, poniendo en riesgo sus patrimonios e incluso, algunos vecinos ya han puesto una demanda ante posibles afectaciones. Es de señalar que la venta del metro cuadrado oscila entre los mil 500 hasta 2 mil pesos.
En tanto, cerca del fraccionamiento a lo largo de la barranca se han construido viviendas, pese a que están situadas en terrenos federales y a las restricciones de la LNA de la Conagua de edificar cerca de un río o cauce. Una de esas obras quedó inconclusa luego de que fuera clausurada por exigencia de algunos vecinos.
No obstante, en la entrada a la reserva ecológica de Flor del Bosque, cerca del puente existe una casa habitación y a un costado de la misma, también se está fraccionando el lugar para la construcción de viviendas. A decir de algunos habitantes del lugar, durante la temporada de lluvias viven en constante alerta y en peligro pues el nivel del río se ha elevado en algunas zonas de 12 hasta más de 20 metros de altura, por 50 metros de ancho.
El daño al medio ambiente
Además de que la barranca y el Río San Bartolo recibe constantemente basura, aguas negras y otros desechos tóxicos, lo que propicia que en algunas zonas el olor nauseabundo sea insoportable, la edificación de las más de 80 viviendas pondría en riesgo la flora y la fauna del lugar, causando un grave e irreversible daño al medio ambiente.
Y es que a lo largo de más de 13 mil metros cuadrados se ubican árboles de diversas especies como: Cacomiztle, pinos, encinos, Oyameles, Eucalipto, Álamos o Chopos, entre otros, mientras que entre los animales se encuentran: ardillas voladoras, Tlacuache (en peligro de extinción), pájaros carpinteros, víboras de cascabel, halcones, pájaro azulejo, liebres, murciélagos, búho blanco y una gran variedad de insectos.
“El actual propietario ha hecho saber que ya cuentan con los permisos por parte de las autoridades del gobierno para la construcción de viviendas en esta zona, lo que además de poner en riesgo la vida y patrimonio de los futuros compradores, también ponen en riesgo la flora y la fauna del lugar. Confiamos que las autoridades de los tres niveles de gobierno tomen cartas en el asunto; de lo contrario, tendremos que tomar medidas más drásticas para evitar una tragedia mayor”, indicó otro vecino del fraccionamiento Bosques de Cuauhyocan de Flor del Bosque en Amozoc.
De la evidencia
Fotos enviadas a esta casa editora muestran el nivel que ha alcanzado el Río San Bartolo durante las precipitaciones, en algunas áreas supera los más de 20 metros de altura y 50 de ancho, inundando algunas de las viviendas que se localizan cerca del cauce. A decir de los vecinos, la última barrancada se registró en el 2014, misma que se llevó animales, autos, basura y todos los contaminantes que encontró a su paso.
Se constató también que el puente que comunica al fraccionamiento Bosques de Cuauhyocan, debido a lo anterior y al constante flujo vehicular, existe un debilitamiento de la base e inclinación del mismo. E incluso, el puente del periférico también presenta un desgaste en la base del suelo y que, en su momento, presentó un hundimiento, aunque las autoridades colocaron asfalto en la zona para “disfrazar” este desnivel.
Cambio del cauce
Otro de los problemas que viven los vecinos del fraccionamiento, es que el cauce natural del río San Bartolo fue cambiado por el empresario, -José Miguel Gómez de Alvear Díaz de Rivera, quien en su momento fraccionó el lugar para su venta y construcción de viviendas.