San Martín Texmelucan sigue siendo el municipio de Puebla donde más se roban gas Licuado de Petróleo (LP) de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Sin embargo, ya está por debajo de tres municipios en los estados de Veracruz, Hidalgo y Tlaxcala, los que lo superan las 76 tomas clandestinas detectadas en el primer semestre del 2022.

Tula de Allende en Hidalgo ahora le quitó el primer lugar nacional al municipio poblano, donde más robo de dicho combustible hay en el país, al registrar 105 tomas clandestinas.

Así se aprecia en el estudio presentado por el observatorio ciudadano IGAVIM, en el que el estado de Puebla sigue liderando a nivel nacional el robo de gas LP, aunque cayeron los hurtos un 60% en el lapso de enero a junio de este año.

En segundo lugar de municipios con más robos de este tipo, se encuentra José Azueta en Veracruz, con 91 tomas clandestinas y en tercero Calpulalpan, Tlaxcala, con 77, apenas una más que Texmelucan.

Los datos fueron proporcionados por Pemex, en el que se observa al municipio de Acajete hasta el octavo lugar nacional al contabilizar 47 toma clandestinas en dicho periodo.

Hasta el décimo sitio se ubica a Los Reyes de Juárez, donde se detectaron 38 tomas clandestinas de las 338 ubicadas en todo el país.

Ya más debajo de la lista, se ubican a otros 14 municipios poblanos, donde prolifera el robo de gas LP a los ductos de la paraestatal que cruzan por sus regiones.

Entre los municipios destacan aún los de la llamada zona del "Triángulo Rojo", como son Amozoc, Tepeaca, Palmar de Bravo, Acatzingo, Tecamachalco, Coronango, Quecholac y San Salvador El Verde.

En el ranking municipal con registros de tomas clandestinas, en ductos de gas LP, en el estado de Puebla se identificaron 17 municipios, 13 en México, 8 en Veracruz, 3 en Tlaxcala, 2 en Hidalgo, Guanajuato, Querétaro y Tabasco y 1 en Nuevo León.

En el ranking municipal con mayores registros, el 23 por ciento corresponde a sitios ubicados en el estado de Hidalgo.

Señala Igavim que la alternativa del delito de tomas clandestinas, exhibe impactos negativos acumulativos en los delitos de alto impacto que no son cuantificados, lo que permite el dinamismo y migración delictiva.

El registro de tomas clandestinas en ductos de hidrocarburo no solo debe medirse en el volumen, también deben cuantificarse los riesgos, el grado de contaminación y su alternativa económica delictiva que genera y que da continuidad a la apertura.