Familiares del hoy considerado uno de los astrónomos más importantes de México, informaron la madrugada de este martes que murió en la capital mexicana, a los 61 años de edad, víctima de un cáncer pancreático, el cual le fue diagnosticado hace apenas tres meses.
La labor de este incansable investigador en el campo de la Astronomía y Radioastronomía ha sido reconocida mundialmente y sus investigaciones le valieron en vida numerosos galardones nacionales e internacionales. Entre ellos, el Premio “Quetzal” en el área de Ciencia y Tecnología por el gobierno de Puebla y el Premio “Ciencia y Cultura 2007” por la Universidad Popular Autónoma de ese estado (UPAEP), además de ser reconocido en el 2006 por la Revista Líderes Mexicanos como una de las personalidades más destacadas de México y en 2010 por la Revista GQ como “El hombre del año”.
“De pequeño soñaba con una vida tipo Leonardo da Vinci, investigando e inventando, saltando de una disciplina a otra… de la matemática a la ingeniería y luego a la mecánica. Al final se enamoró de la Astronomía, que lo convirtió en uno de los investigadores más importantes de nuestro país”, indicó su esposa, Leticia Vázquez Marrufo.
Alfonso Serrano Pérez-Grovas nació en la ciudad de México el 1º de febrero de 1950. Estudió la carrera de Física en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) donde conoció a Paris Pishmish, profesora de origen turco, pionera y promotora del estudio de la Astronomía nacional, quien lo invitó a colaborar y le enseñó las entrañas de esa ciencia. Posteriormente, obtuvo el grado de Maestro en Matemáticas Aplicadas por la Universidad de Cambridge y el de Doctor en Filosofía por la Universidad de Sussex, Inglaterra.
Desde entonces, su campo de acción se centró en el estudio de los problemas relacionados con la formación y evolución química de las galaxias, por lo que siguiendo la tradición de sus antecesores, Luis Enrique Erro y Guillermo Haro, en 1992 fue nombrado director del INAOE para mantener a la ciencia mexicana a la altura de las naciones más desarrolladas.
Luego de ocho años al frente del INAOE, en el 2003 puso alma y corazón al desarrollo y puesta en marcha del Gran Telescopio Milimétrico (GTM), cuya construcción y operación fue una labor conjunta entre el INAOE y la Universidad de Massachusetts, Estados Unidos.
Actualmente en funcionamiento y localizado en la cumbre del volcán Sierra Negra, en el municipio de Atzitzintla, Puebla, y a 4 mil 581 metros de altura sobre el nivel del mar, este Radio Telescopio –el más grande en su tipo en el mundo-- no sólo permitirá a la comunidad científica estudiar a detalle los procesos que dan lugar a la formación de estrellas y sistemas planetarios, sino también conocer, entre otras cosas, qué elementos químicos están presentes en el Universo tras la gran explosión o Big Bang.
A los 34 años de edad, Serrano Pérez-Grovas publicó su primera obra sobre la Rotación de las Galaxias, que apareció en 1984 en el libro Temas Selectos de Astrofísica, de la Biblioteca de Ciencias de la UNAM. Entre sus textos destacan sobre todo las teorías evolutivas sobre la vida de las estrellas, sus núcleos y espectrometría de nebulosas planetarias.
El Dr. Serrano Pérez-Grovas fue miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores; Director Adjunto de Ciencia del CONACYT; Vicepresidente Ejecutivo de la ADIAT; Director del Instituto de Astronomía de la UNAM y uno de los promotores más arduos del Programa Universitario de Investigación y Desarrollo Espacial (PUIDE), donde dirigió el proyecto UNAMSAT-1 encargado del estudio estadístico de las trayectorias de impacto de los meteoritos en la atmósfera terrestre.
“Siempre fue un hombre entusiasta y comprometido con la promoción de la ciencia y la tecnología, lo que lo llevó a conducir y participar en diversos seminarios y encuentros con el propósito de avanzar, desde el sector público, en la constitución de un Sistema Nacional especializado en la generación del conocimiento científico, el desarrollo de las humanidades y la innovación tecnológica en México”, apuntó por su parte el Dr. José Guichard, uno de sus colegas y amigos más cercanos.
Una de las obras que compila todo el esfuerzo del Dr. Serrano Pérez-Grovas al respecto es La Historia de las Instituciones del Sistema SEP-CONACYT (p. 11-25), publicado en 1998 por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, organismo donde además fue asesor de su órgano de divulgación científica Ciencia y Desarrollo.
El Dr. Serrano también fue miembro del Comité del Telescopio Infrarrojo Mexicano (TIM), del Consejo Asesor para la Creación del Centro Regional de Educación en Ciencia y Tecnología Espacial para América Latina y el Caribe, Asesor de Desarrollo Científico y Transferencia de Tecnología de la OEA, miembro de la International Astronomical Union, de la American Association for the Advancement of Science, de la Union Radio-Scientifique Internationale y de la Royal Astronomical Society.
Cabe mencionar que antes de conocer la noticia sobre su enfermedad, el Dr. Serrano Pérez-Grovas trabajaba en diversos proyectos de investigación, entre ellos el estudio de la imagenología y espectroscopia de la galaxia Virgo, así como la fotometría de las estrellas T-Tauri y la radiación.
El cuerpo de este destacado investigador será velado a partir de hoy en una funeraria de Félix Cuevas. Descanse en Paz.