La poeta, investigadora y promotora cultural Claudia Posadas, y la clavecinista e investigadora musical Aura Martínez, dieron forma y vida al proyecto “Veritas Feminae” con el que tendieron un puente para unir a las compositoras de la antigüedad con las poetas de hoy.

Es un homenaje en el tiempo y el espacio para aquellas poetas y compositoras cuya voluntad y talento abrieron los caminos del arte creado por las mujeres; la lectura de poesía en voz alta y las notas del ensamble de música antigua Ditirambo, ofrecieron una velada para recordar en el Palacio de Bellas Artes.

Durante breves entrevistas por separado, las dos estrategas del espectáculo coincidieron en que el objetivo principal es revalorar la obra artística de diversas mujeres, de distintas épocas, nacionalidades, estilos y escuelas musicales, para transportarla a la actualidad y otorgarle su innegable valor.

Anoche, la Sala Adamo Boari del recinto de mármol recibió al espectáculo culto y sensible, en el que la voz viva de las poetas Alicia García Bergua, Blanca Luz Pulido, Marianne Toussaint, Arlette Luévano y Claudia Posadas comulgó con música del Medioevo, Renacimiento y Barroco.

Con el apoyo del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), a través de la Coordinación Nacional de Literatura, “Veritas Feminae” resultó un emotivo homenaje a mujeres que en la antigüedad dieron lustre al arte como Christine de Pizán, Gaspara Stampa, Teresa de Ávila e Hildegarda Von Bingen.

Ciertamente, Alicia García Bergua, Blanca Luz Pulido, Marianne Toussaint, Arlette Luévano y Claudia Posadas se dieron la mano con Christine de Pizán, Gaspara Stampa, Teresa de Ávila e Hildegarda Von Bingen, para crear un puente indestructible entre las escritoras del pasado y del presente.

La creación hecha por mujeres, explicaron Posadas y Martínez, no siempre ha gozado del espacio y la difusión que merece. Esta creación, en ocasiones, debió ser acallada por parte de las artistas, para preservar su integridad, u oculto en identidades masculinas para que pudiera ser debidamente difundido.

Lo cierto es que las escritoras García Bergua, Pulido, Toussaint, Luévano y Posadas leyeron sus poemas, seleccionados para la ocasión, y tuvieron como fondo la música antigua de Ditirambo, grupo que interpretó piezas de compositoras del Medioevo, Renacimiento y Barroco.

Entre ellas, Elisabeth C.J. de la Guerre (1625-1729), Isabella Leonarda (1620-1704), Bárbara Strozzi (1619-1677), Hildegarda Von Bingen (1098-1179) y Maroie de Dregneu (Siglo XIII), precursoras de este tipo de composición y cuyas creaciones poca oportunidad tienen de ser difundidas en concierto.

La investigación y selección del repertorio corrió a cargo de Aura Martínez, codirectora del ensamble y clavecinista mexicana egresada del Conservatorio de Utrecht, Holanda, y de Ditirambo, como parte del proyecto “Música est Veritas Feminae”, cuya titular es la propia maestra Martínez Salazar.

En el montaje escénico, con libreto y concepto de Posadas y Martínez, estuvo presente Euterpe Calíope, musa de la poesía y la música, representada por la actriz Daniela Salazar. Ella leyó textos de escritoras de la antigüedad, como Gaspara Stampa (1523-1554) y Christine de Pizán (1364-1430) entre otras.

Se señaló a la italiana Christine de Pizán como una de las primeras autoras que vivió profesionalmente de su escritura, y quien legitimó el espacio del “Stude” o “Estudio”, que podría ser considerado como el “Cuarto propio” por el que en el siglo XX luchó Virginia Woolf para declarar su independencia como escritora.

Pizán es autora de “La ciudad de las damas” (1405), obra capital para la historia de las mujeres y para el pensamiento occidental en el alba de los tiempos modernos, en el que la autora, metafóricamente, construye una “Ciudad fortificada” habitada por mujeres que forjan la identidad de lo femenino.