El sector rural en México reporta más de siete millones de indígenas que no comen ni producen como consecuencia de derechos mal alineados, como es el derecho constitucional a la alimentación y la aplicación de una política agroalimentaria real.
El líder nacional de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), Federico Ovalle Vaquera, señaló que la falta de inversión en el medio rural, los altos intereses en los créditos y la carencia de un extensionismo rural ha llevado al campo mexicano a un ambiente de injusticia e inconformidad.
En un comunicado, el dirigente campesino indicó que “ya no se pelea por la tierra o por un proyecto productivo, hoy la inconformidad y el reclamo es la aplicación de la justicia social”.
Expuso que existe un movimiento mundial denominado Los Indignados, que se manifiestan frente a la bolsa española y en Nueva York, para unirse a esta inconformidad y en Madrid protestan contra los mercados mientras en Roma el reclamo es contra el plan de austeridad.
Ovalle Vaquera mencionó que su organización y otros actores rurales han planteado las deficiencias del modelo económico neoliberal y sus impactos a futuro como los que se observan en las crisis financieras de Grecia, Portugal y España.
En este caso, agregó, la inconformidad en México se refleja en diversos movimientos campesinos, sindicales, sociales y juveniles aunque cada uno con sus propias características, pero la visión es la misma a la que se reporta en otras naciones.
Aseguró que en Estados Unidos el nivel de desempleo ya rebasa 10 por ciento de su población total, lo que ejemplifica las pérdidas económicas que tiene cada individuo y la indignación que tiene.
En este caso, agregó, México no está exento ya que “desde las administraciones priistas y ahora con las panistas existe un fanatismo por el neoliberalismo, aunque el reclamo por justicia ante este modelo económico los pueda superar”.