En los últimos 20 años la mancha urbana creció cuatro veces más que la población y con ella las disparidades regionales, lo que hace urgente contener el crecimiento desordenado, la fragmentación y exclusión social que se deriva de este fenómeno, afirmó la subsecretaria de la Sedesol, Sara Topelson Fridman.

Indicó que “el crecimiento desordenado de las ciudades requiere de una atención urgente para aprovechar los escasos 30 o 40 años de estabilización del crecimiento poblacional, así como el dinamismo demográfico actual que facilita la transformación del patrón territorial nacional”.

La subsecretaria de Desarrollo y Ordenación del Territorio de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) dijo que en dos décadas la población ha pasado de 81 millones de habitantes en 1990 a 112 millones en 2010, un incremento poblacional de 38 por ciento.

De ese total, 72 por ciento vive en 383 ciudades de más de 15 mil habitantes, lo cual implica grandes desafíos en diversos niveles territoriales, subrayó.

“A nivel nacional se presentan dos extremos de alto costo social, una fuerte concentración de más de 20 millones de habitantes en el valle de México y en el otro extremo 190 mil pequeñas localidades rurales de menos de dos mil 500 habitantes; ambas situaciones reflejo de las severas disparidades y carencias”, enfatizó.

En un comunicado, aseguró que “en el nivel de los centros de población se presenta una situación de desorden, carencias y deterioro preocupantes”.

Lo anterior, dijo, como resultado del crecimiento de la superficie de la mancha urbana en cuatro veces; es decir que la población aumentó 1.5 veces y la mancha urbana seis veces en los últimos 20 años.

Por ejemplo, en la Zona Metropolitana de Toluca, la población creció 3.3 veces en los últimos 30 años (de 534 mil habitantes a un millón 471) y la mancha urbana 25.3 veces (de mil 295 hectáreas a 32 mil 755) con costos significativos para sus pobladores, como el gasto de 50 por ciento de su salario para transporte, resaltó.

Ante ello, indicó, “es urgente tomar medidas que permitan contener el crecimiento de las manchas urbanas, comprender y atender las desigualdades, la fragmentación y la exclusión social y territorial que se deriva de esta expansión, con el propósito de hacer de las ciudades espacios para nuevas oportunidades de desarrollo económico y movilidad social”.

Al abundar sobre el crecimiento desordenado de las ciudades, se refirió a la existencia de cinco millones de viviendas deshabitadas en el país, debido a la lejanía o a falta de servicios, escuelas e inseguridad.

Asimismo, a la carencia de vivienda accesible, ya que el 30 por ciento de los hogares mexicanos enfrentan problemas para adquirir una casa en el mercado formal, por lo que la Sedesol se colabora en la definición de un nuevo marco normativo para la planeación territorial.

“La creación de una nueva Ley General de Asentamientos Humanos, Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio y estudios sobre expansión de Zonas Metropolitanas y ciudades, entre otras acciones”.

Topelson Fridman consideró que “para transformar estos retos en oportunidades resulta importante planear las ciudades, desde una perspectiva integral y sustentable, donde el desarrollo de proyectos inmobiliarios se inscriban en un proyecto de largo plazo”.