El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, condenó ayer el ataque que tropas de Siria llevaron a cabo contra un campamento de refugiados sirios en Turquía y Líbano, y lanzó un último llamado al régimen para que cese sus ataques contra civiles, a pocas horas de que termine el plazo que se le fijó para retirar sus tropas de las ciudades rebeldes.

Ban reiteró su petido al gobierno del presidente Bashar al Asad para que “cese inmediatamente todas las acciones militares contra los civiles y cumpla todos sus compromisos” con el emisario especial (de la ONU y la Liga Árabe) Kofi Annan, entre los que se fijó el día de hoy como fecha límite para retirar las tropas de las ciudades, un plazo que debe respetar “sin condiciones”, dijo el titular de la ONU.

Tanto el gobierno sirio como las fuerzas de la oposición tienen hasta hoy para aplicar la iniciativa de Annan y hasta este jueves para que se ponga fin de forma definitiva a todas las hostilidades.

Entre tanto, Ban “deploró” los disparos desde Siria contra campos de refugiados en Turquía y Líbano ocurridos ayer. La tensión subió en la frontera entre Turquía y Siria, donde por primera vez los disparos provocaron heridos en suelo turco, esto en víspera de la visita que Annan hará hoy a los refugiados sirios en ese país.

Asimismo, un camarógrafo libanés fue muerto en la frontera sirio-libanesa “por disparos del ejército sirio”, según la cadena privada Al Jadeed para la cual trabajaba.

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, cercano al gobierno de Asad, amenazó con “tomar medidas” si la represión continúa.

El plan de salida de la crisis presentado por Annan, que Damasco aceptó el 2 de abril y que fue apoyado por la ONU el pasado jueves, prevé que el ejército se retire hoy de las ciudades para permitir un cese total de las hostilidades en 48 horas. Ante esto, el régimen sirio exige que la oposición se comprometa por escrito a detener toda forma de violencia antes de retirar a sus tropas.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres, denunció ayer la muerte de al menos 105 personas (de las cuales 74 civiles, 19 miembros de las fuerzas oficiales y ocho rebeldes), entre ellas 35 en los ataques aéreos sobre la provincia de Hama (centro). En su recuento de víctimas, el OSDH incluyó los ataques a los campamentos en los campos de Turquía y Líbano.

En Siria, el ejército bombardeó otros puntos en la provincia de Deir Ezzor (este) y Alepo (norte), donde soldados y desertores del ejército chocaron cerca de la frontera turca.

En el barrio capitalino de Kafar Susé las tropas de Aasad realizaron allanamientos y retenes desde la madrugada, añadió el OSDH.

“Si el plan de Annan no funciona, ningún otro plan va a funcionar y Siria se va a hundir en una larga guerra civil”, advirtió Rami Abdel Rahman, presidente del opositor OSDH.