Los cuerpos fueron encontrados en una carretera aledaña a Monterrey, la tercera ciudad más poblada del país.
Inicialmente, las autoridades habían contabilizado 37 cuerpos, abandonados en la madrugada en bolsas negras de plástico al lado de la carretera, y el levantamiento de los cadáveres resultó difícil por el estado en que se encuentran, indicó la fuente.
Los cuerpos se encontraban en una zona solitaria de la carretera Cadereyta-Reynosa, a 180 kilómetros de la frontera con Estados Unidos.
La vía de comunicación fue cerrada por las autoridades federales y estatales mientras el personal de la Procuraduría General de Justicia (fiscalía) realizaba el levantamiento de los cuerpos.
De acuerdo con los primeros reportes, los agresores habrían dejado con los cadáveres un mensaje del narcotráfico, sin que hasta el momento se haya revelado su contenido.
El hallazgo se da cuatro días después de que otros 18 cadáveres decapitados y mutilados fueron localizados en dos automóviles en una carretera del oeste del país, cercana a Guadalajara, la segunda ciudad más grande de México.
La matanza en Jalisco, cuya capital es Guadalajara, con 4,4 millones de habitantes, se inscribe en el contexto de una cruenta lucha entre el poderoso cartel de Los Zetas -organización creada por exmilitares desertores que opera fundamentalmente en los estados del norte, noreste y este del país- y el cartel de Sinaloa, liderado por el capo Joaquín 'Chapo' Guzmán, cuyos feudos están en los estados ubicados sobre el Pacífico.
La fiscalía de Jalisco indicó esta semana que la masacre de 18 personas es presuntamente una venganza de Los Zetas por 23 asesinatos ocurridos el viernes 4 de mayo en la ciudad de Nuevo Laredo, en el estado de Tamaulipas (nororiente de México).
Laura Rosales Sánchez, detenida el miércoles pasado en Jalisco cuando policías liberaron a otras 12 personas que estaban secuestradas, confesó que este grupo de plagiados también iba a ser asesinado.
La mujer, que dijo pertenecer a una organización denominada Milenio vinculada a Los Zetas, también confesó que el grupo criminal para el que trabajaba quería una "repercusión (por lo) que se tuvo en Tamaulipas, una repercusión escandalosa".
Tomás Coronado, procurador de Jalisco, indicó esta semana que entre el 24 de abril y el 9 de mayo, cuando fueron localizados los 18 cuerpos, la dependencia tenía el reporte de que 32 personas habían sido secuestradas en municipios cercanos a donde se encontraron los cadáveres y donde se liberó a los 12 plagiados.
La cifra coincide con la suma de los 18 asesinados, los 12 que fueron plagiados y liberados y con los cadáveres de otros dos hombres hallados en la misma zona y relacionados con estos hechos.
Más de 50.000 personas han muerto en México en los últimos cinco años a consecuencia de las disputas entre los carteles del narcotráfico y la ofensiva militar lanzada por el gobierno, incluido un número indeterminado de víctimas ajenas al crimen organizado.